Montero y la paradoja de modelar a un zaguero para Central
El DT canalla, que fue uno de los mejores defensores en la historia del fútbol uruguayo y marcó época en Juventus, está abocado a enseñarle a Martínez los secretos del puesto ante la falta del bendito refuerzo
22 de agosto 2017 · 00:00hs
Paolo Montero nunca imaginó que a menos de una semana de debutar en la Superliga iba a estar entrampado en semejante situación paradojal. Es que justo él, quien fue uno de los grandes zagueros de la historia de Uruguay y marcó época en el fútbol italiano con la camiseta de Juventus, todavía está en la dulce espera para que le traigan al defensor central que acompañe al paraguayo José Leguizamón. El técnico de Central tampoco sospechó que la ida de Javier Pinola a River le generaría tantos dolores de cabeza. Ni en las peores pesadillas habría proyectado la formación que jugará contra Colón el sábado en Santa Fe con la inclusión improvisada de Mauricio Martínez como segundo zaguero central. Pero no le quedará otra que optimizar su costado académico y enseñarle los secretos del puesto, que tan bien él conoce, a Martínez. Por eso, apenas vio que la mano venía complicada para conseguir al refuerzo que pidió en esa zona, activó el operativo convencimiento. Ahí fue cuando oteó el panorama y se decidió a persuadir al ex jugador de Unión para que se corriera unos metros más atrás y acompañara a Leguizamón.
El propio Montero le contó a Ovación en alguna oportunidad que modelar a un volante central por naturaleza para que se desempeñe como zaguero no era una tarea que tenía en sus planes iniciales. Si hoy no cuenta con el reemplazante de Pinola no es por falta de previsión. Todo lo contrario. Porque cuando el DT leyó que la jugada de Pinola venía para que dejara el club antes de que terminara el torneo pasado, lo primero que hizo fue decirles a los dirigentes canallas que empezaran a negociar las incorporaciones de dos zagueros centrales. Fue el tiempo en el que comenzaron a desfilar el colombiano Tesillo y los argentinos Jonathan Galván, Juan Forlín, Fernando Tobio (ver página 4), Nicolás Freire, Matías Caruzzo, Sergio Vittor y todos los nombres que llenaron páginas de diarios y ocuparon minutos de radio y televisión durante el receso. No sólo ninguno de ellos hoy está en Arroyo Seco, sino que Montero de a poco se convenció de que contra Colón no tendrá a esa cara nueva por la que tanto insistió. De hecho en los amistosos probó con Martínez y, de no ocurrir nada extraño, lo pondrá de titular el sábado en Santa Fe. De ahí que Montero aprovechará los entrenamientos de esta semana para que Martínez siga automatizando movimientos y aprendiendo a jugar de zaguero en la mitad de la cancha, una de las máximos del ideario del entrenador de Central. Como por lo visto hasta el momento no le resulta fácil acostumbrarse, a Montero no lo abrumará ninguna duda para diagramar otro dispositivo táctico. No se le caerá ningún anillo, por más que no es lo que quiere, para emboscar unos metros al equipo contra el arco del Ruso Rodríguez y así armar un dique de contención para protegerlo a Martínez. De hacer eso, el doble pivot del medio estaría conformado por Leo Gil y Santiago Romero, prescindiendo de Colman. Central quedaría articulado con un 4-4-2, aunque la versatilidad del Colo Gil invitará a que Romero se encajone como una suerte de tercer central o el famoso cinco tapón. En toda circunstancia, lo que busca Paolo es disimular lo más acertadamente posible la falta del bendito central.