Con dos goles magistrales de un Lionel Messi exultante y otro de Neymar, Barcelona se impuso ayer por 3 a 0 al Bayern Munich alemán en el Camp Nou por el partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones de Europa, encaminado la difícil eliminatoria que se definirá el próximo martes en suelo alemán.
La Pulga, brillante, sentenció un apasionante duelo en menos de cinco minutos, con dos goles majestuosos. En el minuto 77, con un potente zurdazo, colocó la pelota en el primer palo, imparable para Neuer.
A los 80', el diez de la selección argentina se plantó otra vez cerca del arco rival, regateó a Boateng, y superó a Neuer con un toque sutil que desató la euforia del Camp Nou, que se puso de pie para aplaudirlo mientras coreaba incansable su nombre.
Por si aún quedaban dudas de la superioridad del equipo culé, Neymar, ya en tiempo de descuento, se encargó de despejarlas con un gol de caño, tras una asistencia del fenómeno rosarino, que con su talento hizo vivir a su equipo una noche mágica.
Tres goles en los últimos 15 minutos dejaron al Barcelona de Luis Enrique cerca de la final de Berlín, aunque la próxima semana tendrán que hacer valer el resultado frente a los de Pep Guardiola en el Allianz Arena.
El duelo, de alto voltaje, comenzó con los dos equipos lanzados al ataque, lo que proporcionó al juego un ritmo vertiginoso. Barcelona encontró más fácilmente los espacios en el área, aunque su tridente atacante, conformado por Messi, Suárez y Neymar, no pudo concretar las numerosas chances, dejando escapar la posibilidad de pegar primero.
Los dos equipos presionaron y buscaron la pelota, y así el Bayern también llegó al arco azulgrana, cuando Lewadowski, de cabeza, dio un pequeño susto a los 12'.
Barcelona se fue al descanso tras otras varias oportunidades perdidas. Le faltaba un poco de calma para concretar el último pase o la definición y esto llegó en el segundo tiempo.
Así, una vez más, Messi fue el héroe que el Camp Nou esperaba y resolvió con grandeza la eliminatoria. Destrozó la red de Neuer a los '77 con un zurdazo y pocos minutos después regaló una obra maestra a la hinchada con una jugada que dejó a un defensor rival desparramado en el suelo y al arquero, al que superó con un toque, derrotado y rendido a sus pies. Y de yapa le brindó una asistencia a Neymar, que clavó el tercero.
El triunfo de Barcelona significó que ayer el "hombre" fue más importante que el "sistema". Messi le ganó por escándalo la primera pulseada al DT Pep Guardiola, su gran maestro.