Messi recibió la pelota, vio la luz, tiró una pared con Pedro, la pisó como si nada y clavó el zurdazo cruzado junto al palo del arquero. Un golazo para definir la liga. Barcelona necesitaba la victoria para ser campeón y la Pulga lo hizo otra vez. El 7º título de Leo en los once años que lleva en la máxima categoría. En esta ocasión, una especie de revancha por la liga que se le escapó la temporada pasada, justamente al perder en el estadio en el que celebró ayer con el 1 a 0, en el Vicente Calderón, ante el durísimo Atlético de Madrid dirigido por el Cholo Simeone.
El 10 rosarino apareció cuando Barcelona lo necesitó, a los 65’. Apenas cinco minutos después que el gran rival por la conquista del campeonato, nada menos que el Real Madrid de Cristiano Ronaldo, hiciera el primer gol (justamente del portugués) del triunfo (4-1 a Espanyol) que obligaba al mismo resultado del blaugrana. Es que la penúltima fecha (37ª) había comenzado con cuatro unidades de ventaja para el Barsa y con dos resultados iguales había campeón.
El 23er. título de la liga española para el Barsa. El 16º en los últimos 31 años. Una conquista para olvidar la pasada temporada en la que quedó con las manos vacías. Una celebración que pinta para repetirse en otras dos competencias que le quedan al toque, el 30 de mayo la Copa del Rey y el 6 de junio la Champions League.
Y el gol 41 de Leo. Una cifra gigante, aunque en esta temporada no se quede con el premio al goleador, ya que Cristiano Ronaldo ayer metió tres y se le escapó a cuatro de diferencia con un solo partido por jugarse.
Claro, lo que importaba era gritar campeón y Barcelona lo hizo.
“Conquistamos este título, que es el de la regularidad”, dijo el DT Luis Enrique, quien llegó para reemplazar al rosarino Gerardo Martino, quien quedó a las puertas a mediados de 2014 cuando estuvo al frente del equipo.
Y la regularidad está marcada por esos 93 puntos que logró en los 37 partidos (resta el último ante La Coruña), cuatro más que Real Madrid, 16 más que su rival de ayer, que está tercero, 33 más que el 6º (Villarreal), 59 más que su próximo rival, que está peleando por no descender.
El campeón jugó tranquilo. Como esperando el momento. No arriesgó el DT al dejar afuera a Luis Suárez, preservándolo por una molestia muscular, e incluyendo en su lugar a Pedro para acompañar a Messi y Neymar.
Y fue el equipo del Cholo Simeone el que empezó mejor. Pero bastó que Messi probara al arco por primera vez a los 12’ para que sonaran las alarmas. Ni hablar cuando al filo del descanso un tiro libre suyo desde la derecha dio en el travesaño y salió. El brasileño Dani Alves también estuvo cerca con un zapatazo que tapó el arquero Oblak. Y en la segunda etapa hubo un susto para la visita cuando Godín apareció en el área a los 52’.
La jugada siguiente que fue noticia se dio a 600 kilómetros de Barcelona, cuando Cristiano Ronaldo marcaba el 1-0 para Real Madrid. Pero Messi tardó sólo cinco minutos en responderle al portugués. En una jugada que combinó destreza, precisión y maestría superó a Oblak. Y ya el Barsa empezó a sentirse campeón.
Después estuvo a punto de llegar el segundo, pero Neymar no pudo y Messi tampoco. Igual, ya estaba, con la mínima diferencia alcanzaba y el equipo jugó a conservarla. Con el chileno Bravo en el arco; Piqué y Mascherano como centrales; Dani Alves por derecha; Jordi Alba (Mathieu desde los 79’) por los costados, y por la zona media con Busquets, Rakitic (a los 86’ Rafinha) e Iniesta (desde los 81’ Xavi). Y con todos sus compañeros saltando a la cancha desde el banco de suplentes para celebrar que este Barcelona de Lionel Messi volvió a gritar campeón.