Algunos ya decían que le empezaban a pesar tantos años en el más alto nivel. Que con 32 su incidencia naturalmente podía empezar a declinar. Pero ya durante la semana, en la entrevista exclusiva que le dio a Mundo Deportivo a propósito de los problemas internos que amenazaron con hacer crujir toda la estantería del poderoso Barcelona, había dicho que se sentía mejor que nunca físicamente, muy bien de piernas. Las palabras se las lleva el viento si no van corroboradas en los hechos y Lionel Messi lo demostró ayer con creces. Por séptima vez en su carrera se despachó con un póker de goles y no sólo eso, la derrota de Real Madrid en su visita a Levante, hizo que el rosarino espantara todas las malas ondas con el regreso de su equipo a la punta de la liga de España. Un fenómeno reconocido de la mejor manera por su vencido de ayer, que lo alabó en un genial comunicado (ver “Eibar, de pie...”). Si alguno empezaba a tener dudas sobre su vigencia, ayer las despejó de un cachetazo.