Las aguas se calmaron en Rosario Central y Reinaldo Merlo recobra su esencia.
Con la tranquilidad que otorgan los resultados a favor que cosechó en las últimas fechas, el
entrenador canalla se puso de nuevo el traje de personaje colorido, irreverente, que ante las
ruedas de prensa mira sin mirar, habla sin decir y contagia con sus ocurrencias. Cuando lo llevan a
situaciones incómodas, el DT se escuda: “Muchachos, no me cuenten las costillas”. Esa
muletilla, como tantas otras, le sirve para salir airoso de cualquier encierro. Así, la charla de
ayer con los medios locales en Arroyo Seco sirvió para ver otra vez en escena al técnico avezado,
astuto y escurridizo que le está agarrando la mano a su equipo y que superó el balance que
instalaron los dirigentes luego de 10 fechas de la B Nacional. “Balance yo no hago. Yo
trabajo muy tranquilo porque tengo contrato por un año”, sostuvo irónico Mostaza, tratando de
esquivar con una sonrisa de ocasión la instancia de evaluación que superó claramente tras el
triunfo ante Chacarita. “Es que ganar siempre es importante y eso nos permite estar cerca de
la punta. Pero no hay que olvidarse de que este equipo tuvo un mes de atraso y estamos ahí”,
recalcó.
Merlo sabe que encontró la base de sustentación que lo deja pensar en
positivo. “Hay que aprovechar esta levantada. El equipo está bien, para seguir ganando y
ratificar el nivel de juego”, apuntó con confianza el conductor auriazul. “Seguro que
se puede dar más, pero estamos en el camino de cómo se debe jugar. Tengo jugadores en otras
posiciones porque tuve problemas de lesiones, pero el camino ese ese. El de presionar, el del
fútbol bien jugado, que sea agresivo en ataque”, recalcó.
—¿Es el mejor momento anímico del plantel en el torneo?
—La realidad fue que el arranque fue duro, por todo, porque
veníamos un mes atrasados, porque los jugadores llegaron sobre el inicio del torneo, y nos costó
porque el equipo no estaba bien. Ese mes se pagó. Ahora hay que olvidarse de eso.
—¿El quiebre fue con Ferro?
— Todos los equipos tienen un partido malo y a nosotros nos tocó
con Ferro. Pero todos tuvieron un partido malo en el que no te sale nada. Pero decidimos dar vuelta
la hoja y arrancamos de vuelta. Y eso fue lo que pasó con Ferro.
—¿Cuánto necesitás un buen partido de local para reencontrarte con
la gente?
—Si me insultan a mí, no hay problemas. Lo importante es que no
insulten a los jugadores. Yo no tengo problemas. Mejor que reciba yo toda esa presión.
—¿Te sorprende que con todo lo que le pasó a Central la punta
quede a cinco puntos?
—Pero Central tiene su mérito en eso, hizo el 50 por ciento de los
puntos para estar ahí. No es lo ideal. Sabemos que debemos tener más, pero vamos por eso.