Análisis de este tipo pueden prestarse a la lectura de que futbolistas como Federico Carrizo y Marco Ruben también fueron formados en la institución, pero se trata de jugadores que debutaron allá lejos en el tiempo, que se fueron y que en su momento volvieron como refuerzos.
Así, Ledesma (ya con 25 años) es el único que en ese equipo base del Patón se presenta como integrante del grupo de los "pibes de la cantera" que hoy tiene participación activa en el primer equipo.
Hay casos de chicos que también están en la consideración del Patón Bauza, pero a los que les está costando ganarse un lugar entre los once. En esto cuenta no sólo el gusto del entrenador, sino también el momento futbolístico de los futbolistas en cuestión.
Los portadores de esa bandera son hoy Andrés Lioi y Maximiliano Lovera. Y no es menor el grado de participación que tuvieron desde que Bauza hizo pie nuevamente en Arroyito. A tal punto que ingresaron en todos los partidos del canalla en lo que va del semestre. Pero todavía les falta marcar algo más de presencia para poner en aprietos al técnico y hacerlo dudar realmente sobre un merecimiento sobre la titularidad. Claro que es imposible dejar de lado que sus participaciones fueron siempre desde el banco y unos pocos minutos, lo que les dificulta (a ellos como a algún otro mucho más experimentado) ganarse un lugar.
La larga trayectoria de Bauza como técnico invita a pensar que se trata claramente de una apuesta, de intentar fortalecer una idea de juego e insertar a los más chicos de manera paulatina. Es el modo de actuar de la mayoría de los entrenadores cualquiera sea el club en cuestión.
Lo que sí hay es una notoria diferencia en lo que fue el proceso anterior. Con Leo Fernández irrumpieron en el primer equipo muchos juveniles que hoy ni siquiera tienen la posibilidad de formar parte del banco de suplentes. Aquello no era mejor ni peor y la misma evaluación corre para el momento del Patón. Es simplemente un dato de la realidad.
Hace no muchos meses jugadores como Lioi, el propio Lovera, Joaquín Pereyra, Joel López Pissano, Maximiliano González y Nahuel Gómez, entre los más destacados (hubo otros que también tuvieron sus chances pero en pocos partidos y en la mayoría de los casos siendo alternativa en el banco de suplentes) formaban parte de la base de aquel equipo de Leo Fernández y hoy los únicos contemplados son Lioi y Lovera, ninguno de titular en los siete partidos del semestre. Pereyra y Gómez actúan en reserva, mientras que López Pissano y Maxi González fueron cedidos a préstamo a Emelec y Tigre, respectivamente. Tampoco hace falta agregar que no surgieron nuevos valores de las divisiones inferiores.
En esto cuenta también la política deportiva del club, que sin dudas fue de un lado a otro en los últimos años, sin demasiada claridad, y que tuvo a los más chicos subiendo y bajando en la consideración de los entrenadores, pero eso, más allá de que haga a la cuestión, forma parte de otro tipo de análisis.
Edgardo Bauza rápidamente ponderó las virtudes de Ortigoza y pidió enérgicamente por Matías Caruzzo, además de ponderar las virtudes de otros tantos futbolistas de una ya basta trayectoria. Y con esos nombres está tratando de moldear el equipo con el que pretende mejorar lo del torneo anterior. Y está a la vista de todos que, al menos por ahora, privilegia mucho más la experiencia.
Una reserva de mucha edad