Suspendido el especial de la sexta etapa en el límite fronterizo Chile-Argentina debido al mal clima en el paso San Francisco, los competidores podrán descansar un poco más de las primeras jornadas del rally Dakar 2012.
Suspendido el especial de la sexta etapa en el límite fronterizo Chile-Argentina debido al mal clima en el paso San Francisco, los competidores podrán descansar un poco más de las primeras jornadas del rally Dakar 2012.
A los competidores los aguarda el desierto más árido del mundo. Y es que mañana tendrán que encarar la especial Copiapó-Copiapó de 419 kilómetros de pura arena y dunas. Al ser una jornada atípica, el propio campamento armado a unos diez kilómetros de Copiapó fue completándose lentamente porque no había apuro de nada, aunque desde muy temprano llegaron los espectadores para buscar el mejor lugar donde ver a las máquinas.
La caravana experimentó un periplo impensado que tuvo como arranque un paisaje semidesértico, luego la nevada cordillera de Los Andes y terminará en pleno desierto atacameño. Como en cada año, el gobierno local se esmera en brindar el mejor servicio posible para todos y, edición tras edición, se ven las mejoras en el vivac: carpas nuevas, sanitarios mejorados y un sinfín de presentes atienden a la caravana.
El calor aún no pega como en otras tardes y gracias a una brisa fresca la estadía se hace más llevadera, pero por la noche la temperatura baja considerablemente y las fogatas reunirán historias y anécdotas para no olvidar. Por otro lado, está casi confirmada la ausencia del presidente chileno, Sebastián Piñera, a quien se esperaba el domingo en el día libre.
En lugar de Piñera, quien hará el recibimiento oficial del Dakar en Chile será el subsecretario de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle, otrora presidente del club de fútbol Colo Colo. Previendo lo que viene para el año 2013 y aún cuando no finaliza la edición de este año, varias autoridades están atentas a la confirmación por parte de Etienne Lavigne, director de la prueba, de si la próxima edición finalizará en Santiago de Chile.
Por Alvaro Torriglia - Enviado Especial a Mar del Plata