Macarena Sánchez inició el año siendo noticia. Y lo termina de la misma manera. La futbolista santafesina que a principios de 2019 denunció a su club, la UAI Urquiza, por no reconocerla como trabajadora y abrió así las puertas de la profesionalización del fútbol femenino en Argentina fue designada por el flamante presidente de la Nación Alberto Fernández como responsable del Instituto Nacional de Juventud, perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social. El viernes se reunieron en Casa Rosada y sobre la noche llegó la confirmación.
La delantera de San Lorenzo de Almagro tiene un rol muy activo como militante feminista y es la cara responsable y visible en lo que respecta a la profesionalización del fútbol femenino. A principios de año denunció a la UAI Urquiza porque no la reconocían como trabajadora, luego de que el DT del equipo decidiera echarla en un momento que fue coincidente con la expresión pública de la jugadora respecto de los derechos de las mujeres. Aquella situación, que incluyó amenazas de muerte contra la jugadora, derivó en el fútbol femenino profesional y la disposición de la AFA a realizar el primer torneo de este tipo. Macarena fue justamente la primera jugadora argentina en firmar un contrato.
Pero Sánchez no es sólo una cara de ocasión, sino que tiene una vida y una familia ligada a esas luchas que aún proclama. En 2012 emigró de Santa Fe a Buenos Aires. Estudiaba educación física, rompiendo con la tradición familiar de estudiar derecho. Se anotó en la UBA y es allí donde estudia Trabajo Social. Soledad, una de sus hermanas abogadas, está con ella codo a codo trabajando por los derechos de las chicas en el fútbol. Su mamá Grisel trabajó para la Defensoría del Pueblo de Santa Fe y durante el gobierno de Jorge Obeid fue funcionaria de derechos humanos. Su papá Carlos fue militante del gremio ATE.
Después de aquel reclamo que logró el fútbol profesional femenino, Macarena Sánchez recibió ofertas del exterior pero prefirió quedarse para seguir peleando por los derechos de las futbolistas en su país. Es más, en algún momento contó que si tenía que dejar su carrera de futbolista para pelear por esos derechos lo haría. En otra contó también que cuando era chica su mamá la llevaba junto a sus dos hermanas cuando realizaba recorridos por los barrios más necesitados de Santa Fe, para que tuvieran "conciencia de clase y de género".
Peronista a viva voz, la futbolista estuvo siempre muy presente en los actos de Alberto Fernández y la propia Cristina Fernández de Kirchner, hoy vicepresidenta, quien la recibió y charló con ella hace poco en el Instituto Patria.
Ahora, Macarena Sánchez tiene otro partido, de igual o mayor compromiso, que la vuelve a poner en el primer plano: "Estoy muy emocionada y siento mucho compromiso y gratitud al asumir esta enorme responsabilidad para construir un país más justo, igualitario y diverso. Vamos a poner a la juventud de pie", dijo tras salir de la reunión con Alberto. Contundente.