Para el rugby argentino, a nivel internacional, la de 2017 fue una temporada con más sombras que luces. Los Pumas son el fiel reflejo de esta aseveración, pero no los únicos ya que dentro de los tragos amargos que bebió el público albiceleste también están la inesperada caída de Argentina XV en el Americas Rugby Championship y la floja actuación de Los Pumitas en el Mundial. Lo de Los Pumas quizás es más grave, porque así como la primera división es la locomotora en todos los clubes, Los Pumas lo es para el rugby argentino. Y si la máquina no anda...
Fue una temporada negra, con unos Pumas que sólo vencieron a dos equipos (Georgia e Italia) que están por debajo suyo en el ránking WR. Con las potencias no le fue para nada bien. Con Inglaterra perdió los tres partidos que jugó. En los dos primeros el conjunto de la Rosa no trajo todos sus titulares porque los mejores estaban con los British & Irish Lions y sin embargo ganaron bien. Y en el tercer partido, aun jugando mal, tampoco tuvo problemas para imponerse.
En el Rugby Championship estuvieron lejos de conseguir un buen resultado. Tanto los Springboks como los Wallabies y en mayor medida los All Blacks no dejaron dudas de las diferencias existentes y contra Irlanda, en el cierre de la ventana de noviembre, el equipo no mostró innovaciones.
Esto, a dos años del Mundial de Japón, es una señal preocupante, que genera incertidumbre acerca de cómo seguirá este proceso. Y no es porque a nivel de resultados Los Pumas tuvieron una performance muy baja, eso sería lo de menos. Lo que realmente preocupa es que esa acumulación de derrotas se da con una pérdida en la identidad de juego, con reiteración de errores y sin atisbos de recuperación. Hace cinco años que Los Pumas compiten en el RCh y esos mismos hombres ya tienen dos temporadas en el Súper Rugby, sin embargo cuesta entender a qué juega el equipo. Muchas veces su juego es previsible pero muchas veces también a la hora de ganar deja pasar oportunidades por sus propios errores más que por méritos del rival. Las inconductas son un buen ejemplo y algo a trabajar. No se entiende cómo un equipo profesional sigue repitiendo un patrón que varias veces ya los dejó con las manos vacías.
Es por estas cosas que Los Pumas necesitan cambios urgentes en su estructura de juego colectivo. Ideas nuevas, porque es evidente que con estas ya llegaron a su techo. A esto hay que sumarle que varios jugadores bajaron notablemente su rendimiento y que por eso son muy saludables las apariciones de Emi Boffelli, Kremer, Bertranou o Cancelliere, quienes le aportaron una bocanada de aire fresco, en definitiva otra dinámica, a un equipo que por momentos parece cansado por el trajín de la temporada.