Argentina tendrá el domingo en Cardiff la sensación de jugar como visitante por primera vez en la competencia.
Tras disputar los cuatro partidos de la primera fase prácticamente como local, con las tribunas con dominio albiceleste, en el Millennium se espera que haya 60.000 irlandeses, de los 75.000 que asistirán.
En Wembley contra Nueva Zelanda, en Gloucester frente a Georgia y en Leicester en los partidos con Tonga y Namibia, los Pumas jugaron como si estuvieran en casa.
“Hay que ver si somos locales o visitantes, porque 60.000 irlandeses no sé si gritan tanto como 10.000 argentinos. Eso es increíble. Gritan fuerte y hacen mucho lío”, afirmó con mucho conocimiento de causa el rosarino Juan Imhoff, uno de los consultados sobre la influencia del público en el choque de cuartos de final.
“Con la gente que haya de Argentina en el estadio, con todo el envión, con toda la confianza, ojalá podamos sacarnos de la cabeza ese marco y que de nuevo el estadio se vuelva a sentir como celeste y blanco y poder disfrutarlo como hasta ahora”, añadió el ex hombre de Duendes.
Las palabras de Juan son compartidas por sus compañeros: no los asusta el ambiente supuestamente favorable a los irlandeses.
“La verdad es que no creo que vayamos a sentirnos visitantes. En todos los partidos que jugamos hubo muchos argentinos. La hinchada es muy ruidosa, se nota mucho y aunque seamos menos siempre vamos a sentirlos más, debido a cómo es el argentino”, se ilusionó Pablo Matera.
“Por más que seamos visitantes en este partido, la gente argentina se hace sentir en todos lados. ¿Cuantos argentinos había en Wembley en el partido contra Nueva Zelanda? ¿10.000, 12.000, 15.000? No sé, pero se sentían como si estuviéramos jugando de local. Espero que la gente argentina se haga sentir y los irlandeses no tanto”, señaló Nico Sánchez.
Diego Albanese, autor de un try contra Irlanda en 1999, que le dio la primera clasificación a Argentina a los cuartos de final de un Mundial, piensa que será toda una prueba jugar con el público en contra.
“Va a haber un aspecto emocional importante. El Millennium será un mini Dublín”, sentenció.