No es casualidad que Paolo Montero haya armado el equipo y banco de suplentes basándose en las herramientas que el club siempre tiene a mano. A veces de buena calidad, otras no tanto. Ayer terminó apostando por el piberío. No le quedaban muchas opciones, cierto. Tan verdadero como que cuando a los chicos del club se los requiere, ellos terminan vistiendo la camiseta que sienten de verdad y salen a la cancha sin medir posibles daños colaterales. En esta oportunidad lo hicieron y ratificaron el compromiso que sienten por el club, más allá de que jugaron sabiendo que en otro contexto no tendrían cabida. Como Javier Pinola decidió irse a River a último momento, sumado a que Hernán Menosse estaba suspendido y Esteban Burgos tuvo una infección en el muslo, el entrenador canalla decidió darle una nueva oportunidad al juvenil Renzo Alfani. Ayer no tuvo una buena jornada. Pero dio la cara y eso es lo que vale cuando las luces de los flashes apuntaban antes hacia otro lado. Damián Musto se bajó solito de esta cita. Eso le valió romper relación con algunos jugadores importantes que los consideraban amigo. El DT suplió al casildense con Martínez porque es su reemplazante natural. Pero llevó al pibe Mansilla al banco, y hasta lo hizo jugar casi todo el segundo tiempo. El volante central de la reserva cumplió y le respondió al club ante todo. Leo Rivas es otro caso de fidelidad. Sin Colman por suspensión, el ex Tiro Federal salió en la foto principal. Hizo lo que pudo con sus apenas 17 años. Pero no arrugó a la hora de aportar su granito de arena en beneficio del club. Maxi Lovera iba a ser suplente. La enfermedad de Bordagaray le abrió la chance demostrarse desde el vamos. Corrió y metió hasta donde le dio el cuero. Nada para reprocharle. Diego Becker fue otro caso. Debutó en la primera en un momento caliente del equipo. Mostró más ganas que ideas, pese a que técnicamente es muy correcto. Emanuel Banega concentró de última. Pero terminó jugando unos minutos al final. Hizo poco, aunque no puso excusas cuando lo citaron. Todo lo contrario. Lo mismo que el resto de los suplentes, quienes se criaron en las inferiores. Tales los casos de Ledesma, Pereyra, Migone y Coscia. Sí, lo que no hicieron algunos grandes que cobran contratos millonarios, lo terminaron haciendo los pibes que recién asoman en el profesionalismo, pero aman al club como Ferrari, Carrizo y Herrera, otros que jugaron e intentaron dejar bien en alto el nombre de Central.