Eber Ludueña se habrá regodeado de lo lindo en la semana. Toda la previa futbolística del clásico, de lo que se habló fue del gran problema que tuvieron los técnicos, sobre cómo reemplazar a los 4. Y al 3, en el caso canalla. El intríngulis táctico pasó por ellos, por los menoscados laterales. Ni de los goleadores, ni de los armadores, tampoco de los volantes, ni el externo ni el interno. Tampoco de los zagueros, ni de los arqueros. De ellos. De los 4 y los 3. El esguince de San Román y el probable enroque táctico de Voboril por Paz en el caso leproso; y la lesión muscular de Salazar y la suspensión de Villagra en el caso de los canallas, dejaron un hueco real para Osella y Montero que les costó, y les cuesta todavía, subsanar. El status de los marcadores de punta creció inesperadamente antes de Newell's-Central, al punto que principalmente se habló de ellos. ¿Quién lo hubiera dicho?