Gustavo Alfaro atraviesa el momento más agitado desde que desembarcó en el universo auriazul. Más allá de su convicción de que logrará enderezar el paupérrimo presente numérico y futbolístico que acosa a Central, es evidente que su continuidad comenzó a desgastarse tras la derrota del sábado a manos de Colón. Los directivos cumplieron con todas las peticiones del entrenador durante la pretemporada (léase, contrataron los cinco refuerzos que solicitó), pero los puntos no aparecen y la angustia por el promedio ya hace estragos. Si el canalla no cambia la imagen y no sale de perdedor será complicado sostener al DT en su cargo. A esta altura ninguna de las partes juega al distraído. "Mi plazo para salvar a Central del descenso es el 30 de junio. Después si el día de mañana me dicen que me tengo que ir, yo contra eso no tengo nada que hacer", le confió Alfaro a este diario pos derrota en Santa Fe. Y desde la dirigencia sostuvieron que "por ahora no cambia nada" y que "el DT tiene el apoyo necesario". Igual a esta altura está muy lejana esa frase del presidente Horacio Usandizaga afirmando que "Alfaro será el técnico de toda mi gestión hasta el 2010". En este contexto el viernes ante Banfield se jugaría un partido clave de cara al futuro. Por lo pronto, hoy habrá un cónclave entre el cuerpo técnico y los dirigentes, donde podría estar presente el Vasco. Por ahora Alfaro sigue.