Ya se habló demasiado de la eliminación de Argentina, pero es poco en relación con lo que se seguirá hablando. Al menos hasta que se decida la continuidad o no de Jorge Sampaoli. La dirigencia de la AFA tiene unos cuantos temas a los que encontrarles respuestas y todos están relacionados con la forma en la que el Zurdo condujo el equipo (también el grupo) y los errores que cometió. Entre esos puntos a dilucidar se encuentra lo ocurrido con Giovani Lo Celso. Aquí bien vale hacer un alto y aclarar que lejos se está de afirmar que la no inclusión del rosarino fue un error de parte del técnico, pero sí es ciento por ciento comprobable la teoría de que el "caso Lo Celso" fue uno de los desaguisados más claros de parte del casildense.
"Muchas veces las cosas no salen como uno las espera, pero el fútbol siempre tiene revancha. Gracias a toda la gente por el cariño y el apoyo recibido durante todo este tiempo. Argentina y nada más", fue la frase que Lo Celso publicó en Instagram el pasado martes, tres días después de la eliminación ante Francia, a modo de despedida de lo que fue su aventura mundialista. Una aventura que tuvo un inicio esperanzador y que terminó de la peor forma, sin la chance de poder traspasar la línea de cal aunque sea unos pocos minutos. Un contrasentido con todas las letras.
Se insiste con la idea de que difícilmente Lo Celso hubiese sido la solución mágica para un equipo al que un solo jugador no iba a poder entregarle la claridad que colectivamente nunca tuvo. Si Messi no pudo colgarse el cartel de salvador qué se podía esperar del resto. Pero las decisiones de Sampaoli parecieron desacertadas, especialmente en lo ocurrido con Gio.
Con un par de amistosos ya sobre el lomo, la despedida de la selección de Argentina fue con Lo Celso en cancha. Aquel ensayo contra Haití, un equipo elegido con toda la intención de cargar energías, renovar optimismo e inflar el pecho hasta donde se pudiera, fue con Lo Celso en cancha, entre los once, como uno de los principales socios de Messi. Fue el último amistoso de preparación. Se suspendió el que se iba a jugar en Israel, en el que seguramente el ex volante canalla también hubiese sido de la partida. Pero de la noche a la mañana todo cambió.
El sábado 9 de mayo el equipo argentino realizó su última práctica en Barcelona, antes de emprender viaje hacia Rusia, y Lo Celso volvió a estar entre los once. Sólo era cuestión de esperar la llegada a suelo ruso, pulir detalles y saltar al campo de juego, frente a Islandia, un equipo que el zurdo analizó detenidamente y, según se informó desde estas mismas páginas, entendió que era preferible darles más libertades a Salvio y Tagliafico (por derecha e izquierda), pero sobre todo a Di María, Messi y Agüero. Resultado: Biglia adentro y Lo Celso al banco. Nada que ver con lo que se había ensayado en esa larga previa, que incluyó numerosos trabajos tácticos en el predio de la AFA en Ezeiza.
No fueron pocos los que le cayeron a Sampaoli por la inclusión de Biglia por sobre Lo Celso atendiendo que el equipo había logrado un aplazo en lo que hace a la generación de juego. Desde el lado de los hinchas, pero sobre todo desde la prensa, se hizo especial hincapié en esa cuota de fútbol que aún estaba ausente y se le apuntó nuevamente al rosarino como alternativa valedera. Sampaoli otra vez analizó. Línea de 3. Otra vez Salvio, adentro Meza, Enzo Pérez y también Acuña. El golpe contra Croacia fue el más humillante que recibió Argentina en su corta estadía en Rusia. Mientras, Lo Celso siguió mirando atenta y cómodamente desde el banco.
Ni siquiera la vida que Nigeria le dio a la Argentina sirvió para que Sampaoli revea su posición. Esto es: retroceder un poco en el tiempo y fijarse cuál era el equipo ideal que tenía en mente durante la previa y la forma en la que estaba ejecutando su plan ya en el fragor de la lucha. Al menos contra los africanos, el Zurdo encontró algo de alivio por el gran partido de Banega, pero ni en ese encuentro Lo Celso ingresó, como tampoco ocurrió algunos días después en el mano a mano con Francia, cuando Argentina era superada ampliamente, básicamente por algunas decisiones tácticas del entrenador como fue jugar sin un centrodelantero, con Messi como falso 9, y algunas cuestiones más.
Y así se fue cerrando un Mundial nefasto para Argentina, en el que Sampaoli cometió demasiados errores que no hicieron otra cosa que poner en duda su continuidad. Lo Celso fue apenas una pequeña parte de esa catarata de errores.
Una vez más se hace mención a que Gio no tiene (al menos hoy) la capacidad de cargarse un equipo al hombro y ser un jugador determinante. Lo que sí se puede poner en tela de juicio es esa posición del Zurdo de considerarlo como titular hasta tres días antes del inicio de la competencia y con la pelota ya rodando desecharlo por completo, ignorarlo y, si se quiere, hasta ningunearlo.
Para Lo Celso quizá haya sido una frustración. Para lo que fue el andar argentino en el Mundial de Rusia, una elocuente muestra de los vaivenes que tuvo la cabeza de Sampaoli para hacer que quien se presentara como uno de los socios de Messi finalmente no tuviera opción, al menos por unos minutos, de cruzar la línea de cal que separa el banco de suplentes con el rectángulo de juego. Por eso, Lo Celso no pudo pasarse de la raya.