Fue una tarde de fiesta, de celebración. Jockey Club cerró la temporada de rugby con el clásico partido ante el Barbarians Team Argentina con un partidazo que terminó con la victoria del equipo invitación por 61 a 41, más allá de que el resultado siempre es anecdótico.
Podría pensarse que Jockey Club, el subcampeón del Nacional, un equipo armado, trabajado y con rodaje no tendría problemas en imponer su sello (más como venía jugando) pero los partidos ante los Barbarians siempre dan lugar a las sorpresas. Y fue así. El verdiblanco se cruzó con un equipo que si bien no tuvo ninguna práctica encima se puso el traje de protagonista ya desde la primera jugada y cada uno de sus integrantes no tuvo problemas en resaltar su calidad individual (esa que la hizo acreedor a la invitación) para marcar las diferencias.
Ambos equipos ofrecieron lo que ya es una marca registrada en este tipo de partidos: muchas destrezas, buena técnica, una marca no tan celosa, una obtención sin problemas y sobre todo mucho juego, lo que asegura un festival de tries de un lado y del otro.
Hubo momentos en que el espíritu del juego estuvo muy presente al punto tal que lo que menos importó fue el resultado. En el arranque el complemento, Barbarians buscó un line. Lo curioso fue que los backs se prepararon para saltar y los forwards armaron la línea. Los tres cuartos bajaron la pelota de la hilera como si les fuera habitual y ahí se armó un maul, donde se acoplaron los delanteros, que terminó en uno de los tries de Barbarians que más aplausos generó.
Otro gesto de que se trataba sólo de diversión y de que no había puntos en juego estuvo a cargo del tercera línea de GER Ignacio Villegas, quien sobre el final del partido pidió la pelota y pateó la conversión... de un try de Jockey.
Hubo diversión para los que pisaron el césped pero también para los que se instalaron en las tribunas, especialmente muchos chicos que celebraron a la par de los grandes el fin de temporada en las Cuatro Hectáreas.
Ascárate, capitán
La cinta de capitán del equipo Barbarians, esa misma que usaron Hugo Porta, Marcelo Loffreda, Pablo Bouza, Gonzalo García o Nicolás Fernández Miranda, entre otros, este año recayó en el centro tucumano Gabriel Ascárate, quien jugó en Pampas, Jaguares y Pumas entre otros seleccionados nacionales y tras un paso por el rugby profesional europeo, volvió a su club, Natación y Gimnasia.
El partido entre Jockey Club y el Barbarians Team Argentina fue la frutilla del postre de una larga jornada que se inició a la mañana con el partido que jugó la M14 verdiblanca con un equipo Invitación XV, y que luego siguió a la tarde con la presentación de las divisiones campeonas del club, la M15 y la M19, ante sendos equipos invitación.
Mención aparte merecen los Classic que pese al calor reinante a la hora de jugar, muchos pusieron de manifiesto que la calidad en su juego sigue intacta más allá del paso del tiempo. Varios están como para jugar en primera (aunque sea algunos minutos) y a otros se los ve como que la vida les pasó factura, pero se niegan a salir de la cancha. Algunos perdieron el pelo, pero todos conservan las mañas.
La nostalgia del último partido
Alejo Fradua y Alberto Di Bernardo tuvieron una jornada muy particular, cargada de nostalgia. No era para menos. Para ambos el partido de ayer significó el último de sus carreras. Lo disfrutaron mucho, porque al fin de cuentas no dejaron nada en el tintero. “Es un día muy especial. Jugar la última en casa y en un Barbarians no tiene precio”, coincidieron.