Correr un Dakar es un desafío deportivo extremo, pero también una prueba de vida. No son pocos los que lo plantean, simplemente, como su propio reto personal en el que el logro máximo es eso mismo: asumirlo. Carlos "Charly" Joffre es parte de quienes van con esa filosofía: "Llegar a un Dakar es como tocar el cielo con las manos", dice. A punto de cumplir 50 años, será el único rosarino que participará en la carrera más exigente de mundo: correrá el Dakar 2018 en cuatriciclos (4x2), en lo que será para él la realización de un sueño que gestó en la cabeza hace cuatro años.
¿Cómo empezó esta historia? ¿Por qué se llega a querer correr un Dakar?
Hace cuatro años empecé a pensar en la idea de correr en rally y hace tres que participo de dos campeonatos seguidos: el Argentino de Rally Cross Country y el de Navegación (Canav). Desde entonces corrí todo y mientras corría más me daba cuenta de lo lejos que estaba del Dakar, así que gracias a Dios no se me dio en ese momento en el que arranqué a pensar que lo quería correr. Hoy, con muchas carreras internacionales encima considero que estoy en condiciones de asumirlo. Y justo el del año que viene será el del 40º aniversario del Dakar y su 10º en Sudamérica, entonces no tuvieron mejor idea que hacerlo más difícil, con dos etapas más (risas).
¿Por qué creés que hoy sí estás en condiciones?
Vengo de correr hace tres semanas la ruta 40 norte, que es de las carreras más largas, duró seis días y fue casi inhumano, no lo podíamos creer (los corredores). Fue una carrera de menor a mayor en la que noté que mientras más cansado estás más duro es. No corrí nunca el Dakar pero todos mis amigos que sí lo hicieron me dijeron que nunca corrieron nada ni parecido. Así que la ruta 40 fue un buen parámetro. Largamos 40 cuatriciclos y llegamos 16.
¿Cómo viene la preparación para la que será tu primera experiencia en el Dakar? Asumiendo que se trata de algo integral hay que estar en todos los detalles.
Los pilotos que correrán para estar en la punta son pibes de 21 a 28 años, muy bien posicionados económicamente y dedicados pura y exclusivamente a correr. Tengo unos años más, este lunes cumplo 50 y creo que también voy a batir un récord en el Dakar, siendo de los pilotos más grandes en esta categoría. Obviamente que para eso estoy entrenando muchísimo, voy al gimnasio todos los días, hago yoga, trabajos de psicología. Son muchas cosas. En mi caso soy "empresario-deportista-profesional", por lo que estoy tratando de acomodar el trabajo para ya, en estos tres meses que quedan del año estar 100% metido en la preparación. Con otros pilotos estamos viendo de ir a hacer en algunos días entrenamientos en Famaillá (Tucumán).
Y el cuatriciclo...
Oreste Berta me está preparando el motor. Mi concepto no será ir a pelear la punta porque no voy a poder con los monstruos que hay, pero sí llegar. Llegar a un Dakar es tocar el cielo con las manos. Largar ya es muy difícil, pero llegar significará ir con una cabeza muy fría. Son 14 días en los que no se puede trastabillar, errar, tenés que ser prolijo, hay navegar, no podés perderte, demasiados aspectos. Hay que ir fuerte y plantear una carrera prolija, con un medio de velocidad, no a fondo. Posiblemente corra con otro compañero en tándem, es una buena estrategia.
¿En la cabeza está la clave para sumir semejante competencia?
Creo que lo físico dura hasta el 7º día, después es todo de la cabeza. El Dakar larga en Lima, Perú y va a ser muy duro. En mí hay un fuerte porque las dunas me encantan, pero van a ser muchas con altísimas temperaturas. Y después de esos días entramos a Bolivia en la que hay más de 5 mil metros de altura y ahí hay que ser sumamente cauto porque la altura te quita lucidez mental, oxígeno al cerebro y acá en un segundo que te distraés te pegás un "palo" que no te olvidás por el resto de tu vida.
¿Cómo se banca económicamente un proyecto como este?
Los sponsors son cero, por ahora, pero es lo que se necesita. Todo el dinero sale de mi empresa (Oximed) y de la de mi mujer (Lema amoblamientos de cocina), entonces es muy sacrificado, como para todo deportista argentino. Te eligen entre 46 pilotos en el mundo y no tenés ni una subvención del gobierno.
¿Cómo toma la familia esta iniciativa?
Tengo dos hijos, de 10 y 11 años, ellos están orgullosos y eso lo que me da fuerzas. "Nunca abandones tus sueños" es la frase que uso para todo. ¿Por qué quiero correr un Dakar? Para ser un ejemplo para mis hijos, para los más chicos, para demostrar que todo se puede. Esa es una de las cosas que te movilizan. ¿Por qué tanto sacrificio a esta altura de mi vida si no lo necesito? Pero realmente esto es lo que me mantiene joven, vivo. Cuando llegás a la rampa sentís una adrenalina... El llegar y saber que hiciste lo que poca gente hace en el mundo.
¿La adrenalina es el combustible?
La adrenalina me genera estar vivo, soy un adicto a la adrenalina. Hice wakeboard (campeón argentino y sudamericano), parapente, snowboard. Y un día se me fueron las ganas de hacer wakeboard y tuve ganas de correr en cuatri. Esto es como un cierre, coronar mi vida con un Dakar.
Faltan algunos meses para la competencia, dijiste que ya será un logro la largada. Pero una vez que termine el Dakar 2018, ¿con qué creés que estarás satisfecho?
Llegar es un logro casi inhumano y para mí sería lo más cercano a tocar el cielo con las manos, porque sé que voy a algo difícil.
Antecedentes en autos y cuatri
Rosario tuvo representación en las últimas ediciones de Dakar: corrieron Paxti Otaño, Daniel Marrocchi y José Luis Locascio (Leandro Monti como navegante) en autos y Mauricio Jurado en cuatri, la misma categoría en la que estuvo el sanlorencino Federico Gut. En motos, el casildense David Tieppo fue único santafesino en la historia en dos ruedas.