En el minuto 28 del primer tiempo se paralizaron los corazones en Argentina, hasta que Lionel Messi se sentó y pidió tarjeta amarilla para Luis Adrián Martínez, el defensor venezolano que llevaba apenas cuatro minutos en cancha. Ese gesto de Leo fue el que trajo tranquilidad después de la tremenda patada que el zaguero le metió en la pierna izquierda, que fue primero sancionada con amarilla por parte del uruguayo Leodán González, pero que después de recurrir al VAR la anuló para mostrarle la roja, como lo ameritaba . Fue sin dudas “la” imagen del partido en Caracas, incluso por encima del gol de Lautaro Martínez después de un pase exquisito de Gio Lo Celso y de los goles de los Correa (Joaquín y Angel).
El Messi campeón de la Copa América y del reciente paso a París Saint-Germain, con todo el revuelo mediático que ello implicó, volvía a pisar una cancha con la camiseta de la selección y fue con destellos de calidad a los que está acostumbrado. Quizá sin tanta incidencia en el partido como está capacitado para lograrlo, pero sí con una participación activa.
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Messi recibió una plancha que pudo traerle consecuencias.
De hecho en el primer tiempo prácticamente no tuvo ninguna chance para convertir, aunque en todo momento trató de asumir la conducción. Pero en una de esas tantas intervenciones la apuesta casi le sale cara. En una pelota dividida con Luis Martínez primero voló y luego quedó tendido en el piso, con evidentes signos de dolor. Tras el gol errado por Lautaro Martínez todo el equipo pidió tarjeta y el árbitro uruguayo sacó la amarilla. Indudablemente alguien alertó al árbitro de que era una jugada para revisar y por eso lo hizo. No había dudas de que si se paraba frente al monitor en el centro del campo se vendría la expulsión. Ni más ni menos.
En ese primer tiempo Leo no pudo dibujar ninguna de esas diabluras acostumbradas para los hinchas. Las luces no se le encendieron en el complemento tampoco, pero al menos participó en los dos próximos goles. Primero tocando con Lautaro antes del gol de Joaquín Correa, y después en el pase a Lautaro, quien pateó al arco y tras el rebote del arquero Angel Correa facturó.
Después Messi reguló, no sin seguir intentando, pero dosificando el esfuerzo hasta el final. Luego de apenas 20’ en PSG, se bancó los 90’ en Venezuela. Aguantó y se la aguantó.
La exquisitez de Lo Celso
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Lo Celso metió una asistencia que fue un lujo, a Lautaro.
Un primer tiempo metido, con intervenciones positivas, pero con una asistencia exquisita, Giovani Lo Celso hizo los méritos como para meterse entre los jugadores destacados en la goleada de Argentina sobre Venezuela. Como tantas veces lo hizo en Central con Marco Ruben o Teo Gutiérrez, Gio metió un pase gol de aquellos en el minuto 46, para que Lautaro Martínez sólo tuviera que elegir dónde ponerla. Un toque distintivo en esa zurda que hoy tiene un puesto asegurado en este equipo de Scaloni. A los 17’ del complemento el DT decidió reemplazarlo, junto con un Di María que participó bastante del juego, pero al que le faltó claridad en el último toque. Allí uno de los que ingresó fue Angel Correa, el otro rosarino que dio el presente y que encima marcó un gol.