Miércoles a la noche en Avellaneda. Central no podía tener la pelota en el estadio Libertadores de América ante un Independiente arrasador. Por eso, a los 73' Leo Fernández decidió mandarlo a la cancha por el chileno Alfonso Parot. Rápidamente se recostó sobre la derecha, se la dieron al toque y esperó. Un enganche, una gambeta, un quiebre de cintura hacia el medio y falta. Al fin el equipo podía tener un respiro. Aquel fue el debut de Andrés Lioi en la primera canalla, anoche el de titular. Y este rosarino de 20 años volvió a sorprender. Fue el mejor volante canalla, con criterio y panorama como para ser una buena alternativa. El otro estreno fue el del pibe Luciano Recalde, al que le tocó bailar con la más fea en una zona donde claramente estuvo desprotegido para semejante responsabilidad. Intentó ser prolijo y cumplir de todas formas.
La apuesta de Fernández por Andrés Lioi no tuvo que ver con las ausencias, vale decir. Iba a ponerlo aunque jugaran los dos centrales y su ingreso iba a ser como el del cambio en Avellaneda. Fue el volante derecho preferido del técnico en la reserva pero cuando subió interinamente a primera, lo bajaron a suplente en esa divisional. Por suerte para él al entrenador lo confirmaron, hizo la primera pretemporada y jugó los dos partidos.
Bien, por cierto. Lo mostró teniendo cabeza en el peor momento canalla, luego del 2-0, para servirle el gol a Herrera y poner a Central otra vez en partido. Siempre intentó jugarla bien sin apresurarse y ser profundo cuando se debía. Como en un arranque bárbaro al comienzo, apilando gente y habilitando a Fernando Zampedri, o en el complemento cuando fue de derecha al centro y de esa arremetida llegó el centro de José Luis Fernández y el segundo testazo del entrerriano en el palo. Para su mentor, Leo Fernández, fue "excelente" su trabajo. Se entiende el calificativo por la situación.
Según el técnico, lo de Luciano Recalde fue "de menor a mayor" y condice con lo que pasó, si se tiene en cuenta que su mejor intervención fue al final cortando una contra con olor de gol en los pies de Niell. El zurdo baigorriense, que en la temporada pasada fue cedido a préstamo a Villa Dálmine, penó el error de Alfonso Parot en el primer gol y en general su compañía en la zaga.
Más allá de la buena voluntad, al chileno le quedó grande el puesto y al pibe fue lo peor que pudo pasarle. No se amedrentó, buscó jugarla pero en los pases verticales o largos falló siempre. Como Lioi, fue al banco ante Independiente y anoche tuvo su debut absoluto. Merece una chance con alguien más probado en el puesto de al lado. Si Tobio se recupera, quizás la tenga.