Con dos goles del uruguayo Luis Suárez, Barcelona se impuso al Manchester City por 2-1en su visita al Etihad Stadium, en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones. El descuento de los ciudadanos, que terminaron con uno menos por la expulsión de Clichy, lo anotó el Kun Agüero.
El Barsa fue inmensamente superior al City en la primera mitad. El propio Suárez fue el primero en avisar del peligro del Barsa (12’), pero su disparo golpeó la parte exterior de la red. Poco después no perdonó. Tras una gran jugada de Messi, la pelota le llegó al Pistolero, cuyo primer disparo lo rechazó un defensor, pero tomó el rebote y cruzó el balón sobre el arco de Hart, que no pudo detenerlo (16’).
A la media hora, en otra gran jugada de ataque que arrancó de los pies de Messi, el 10 abrió a la banda izquierda a Jordi Alba, que mando el centro al corazón del área chica, Suárez se adelantó a los defensores y logró el segundo gol azulgrana (30’).2-0 y al descanso.
Conscientes de la pobre imagen ofrecida en el primer tiempo, los ingleses adelantaron líneas, aunque con poco peligro. Con el resultado a favor Barcelona se limitó a dejar correr el cronómetro pero el Kun se encargó de poner emoción a la eliminatoria. Fernando cedió en profundidad a Silva, quien en el borde del área metió un taco para la llegada de Agüero, que se internó en el área y cruzó el balón ante la salida de Ter Stegen (69’).
La posible reacción del City se esfumó enseguida, el tiempo que tuvo Clichy para hacer una dura entrada a Dani Alves que le costó la segunda tarjeta amarilla y, por lo tanto, la expulsión (74’).
En inferioridad, el City se replegó para tratar de no recibir más goles y que la eliminatoria quedase sentenciada ya en el Etihad Stadium a favor de los catalanes.
Sobre el final Messi tuvo la chance de aumentar. Le cometieron un penal y cuando pateó a la derecha de Hart, el arquero le adivinó la intención y rechazó el balón, que volvió al rosarino, pero el 10 se tiró de palomita y su cabezazo se fue inexplicablemente afuera, dando un soplo de vida al City de cara a la vuelta en el Camp Nou.