"Si bien nos tocó San Pablo, que es uno de los rivales más difíciles que podría haber en esta Copa, lo cierto es que esta clase de partidos predispone a nuestros jugadores de otra manera. Lo tomamos como lo que es. Una linda responsabilidad y un lindo partido para jugar. Ahora también sabemos que deberemos hacer bien las cosas para poder pasar de fase. Por más que ellos tengan mucho poderío, Central afrontará este desafío con mucha intensidad. Nos topamos con uno de lo más coperos, pero a la vez es cierto que nunca un equipo gana una llave o partido sin antes disputarla. En esta clase de torneos no hay un favorito en la previa. Nadie te gana por el nombre o lo que hizo en su momento. Somos muy respetuosos de nuestro contrincante, pero Central también tiene lo suyo. Porque no hay que olvidarse que contamos con un plantel con mucha jerarquía. Ninguno es más que el otro en estos momentos. Por eso no me da temor ir al Morumbí. Lógico que me hubiese encantado que sea en el Gigante por todo lo que genera y representa nuestra cancha e hinchada, pero nos tocó esto y hay que aceptarlo sin buscar excusas. Tendremos que hacer bien las cosas y saber que tenemos herramientas para hacer un buen papel. No me asusta San Pablo. Aprendí algo que decía mi abuelo Ciriaco. «Plata y miedo nunca tuve»".