No es uno más en la práctica. Su presencia se nota enseguida, más allá de su look. O quizás sea porque es la gran carta defensiva que el equipo auriazul está pidiendo a gritos. Y ya le entra bien a la pelota, se anima a todos los movimientos pero aún tiene una negativa desde el cuerpo médico: nada de hacer fútbol con contacto físico. Y está bien. Lo entiende, aunque "si fuera por mí ya hubiese empezado". Es que se siente "muchísimo mejor, cada vez con más confianza, aunque no me voy a apurar". Todas palabras de Javier Pinola, quien se ilusiona con volver rápido a lucir la camiseta canalla en el campo de juego.
Siete meses ya pasaron de la lesión (fractura en la tibia derecha en el partido ante Nacional de Medellín, en mayo de 2016, con la complicación de una fisura en una zona cercana en octubre), que llegó justo en un gran momento, en el que hasta había sido citado a la selección argentina. Y parece ya quedar de lado, pese a que de mínima resta otro mes para que comience el torneo.
"Me siento muchísimo mejor. Las cosas mejoraron un 100%. Cada día tengo más confianza y me siento mejor con cada entrenamiento", dijo Pinola tras la práctica de ayer en Arroyo Seco en la que fue salida desde el fondo en un ejercicio con pelota pero sin contacto entre los jugadores. Por eso la hizo.
"Voy a ir viendo día día, a medida que me sienta bien intensificaré las cosas. No me quiero apurar, aunque lógicamente uno desea jugar lo antes posible", indicó para enseguida explicar que escuchará y esperará "a que el cuerpo médico me dé el alta y el cuerpo técnico decida cuándo estaré para jugar. Claro que si fuera por mí ya hubiera querido entrenar todo lo que es con contacto físico, pero no lo hago por precaución".
Está bien, porque ni él ni nadie quiere un tropezón a esta altura. Como los hinchas, que lo están esperando casi con desesperación, en una muestra de cariño y agradecimiento por lo que el central dio desde adentro de la cancha.
"No sé por qué me apoyan tanto los hinchas. Seguramente habrán reconocido el esfuerzo que uno hizo dentro de la cancha y lo que hacía para ayudar al equipo", dijo con humildad y esperando "poder devolver todo esto será difícil. Uno siempre se va a quedar corto", señaló avisando que tenía a alguien en particular a quien agradecer en nombre de todos los hinchas canallas (ver aparte).
Y mirando para adelante, cuando se lo consultó por el hecho de que forma parte de un grupo de siete defensores y sólo él aparece como el único con confianza total por parte del nuevo técnico, explicó que "ese es un tema exclusivo del DT. Yo obviamente que confío en mis compañeros, en los que están. El entrenador será quien decida de acuerdo a sus ideas y gustos, yo no tengo por qué meterme".
Además, confió que con Paolo Montero "ya empezamos a hablar de lo que pretende. El y sus compañeros llegaron muy predispuestos al diálogo y así, hablando cara a cara, nos conoceremos lo más rápido posible, entenderemos lo que pretende y lo podremos aplicar en el campo de juego".