Leer el juego y ejecutarlo en momentos precisos es una virtud, una característica que pocos jugadores tienen y Newell’s contó con Maxi Rodríguez y Luis Leal en el 2 a 2 con Atlético Tucumán, que terminó con sabor a poco pero debe aprovecharse para que sirva mucho. La Fiera y la Pantera fueron los protagonistas porque el primero la metió de penal, ese que le hicieron al también autor del segundo gol, que no redondeó una noche brillante porque a la última pelota no la pudo enviar a la red para que fuera victoria, justo tras una magnífica habilitación del ídolo leproso.
Maxi está grande para jugar, pero juega porque es un grande. Aparece en contadas ocasiones y eso genera dudas. Las despeja en un par de movimientos. Hace olvidar enseguida que pasan los minutos y no la toca. Pero es vital para este Newell’s. Debido a esto, y porque entiende que aún puede aportarle al equipo, es que pronunció su intención de seguir en 2020, que lo encontrará con los 39 años que cumplirá el 2 de enero.
Leal canta 32 años y también cuenta con mucha experiencia en el lomo. Sin la clase de Maxi pero encendido ahora, después de estar apagado en los anteriores seis meses. Está con velocidad y amigado con el gol. Marca la diferencia entre los puntas leprosos. Pero no puede ser el 9. Ahí sobre la derecha es su lugar, pero le falta un pivote adelante (Albertengo está en un muy mal momento y Salinas se fue a las manos y de “vacaciones anticipadas” por varias fechas) a quien asistir y de quien recibir para entrarle al arco.
En Tucumán, la Fiera y la Pantera estuvieron activos y el repaso de las jugadas lo demuestra:
25’
Leal recibió de Formica y disparó al arco. Le quedó en bandeja a Albertengo, que la tiró tan mal que tras dar en la base del palo derivó en el 0-1 increíble.
27’
Leal habilitó a Albertengo, que se cayó solo y desperdició un buen ataque. La Pantera se enojó con su compañero.
36’
Leal la fue a buscar al corazón del área y Bianchi le hizo el penal que Maxi convirtió con un remate decidido, impecable.
Tal vez poco, pero por tratarse de un Newell’s al que de visitante le cuesta...
66’
Leal y el grito del 2 a 2. Hizo la fácil, la que debió hacer Albertengo. Mandó al fondo del arco la pelota tras la jugada que se inició con un gran pase de Maxi para que Gabrielli habilitara a la Pantera.
77’
Maxi, ya jugando en la posición que le sienta mejor, se la dio al Gato Formica, que la alargó para que Salinas le entrara bárbaro a una pelota que no fue gol por absoluta responsabilidad de Lucchetti, el arquero de Atlético.
97’
Maxi lo vio y se la tiró medida a Leal, que todavía parece haber dejado el alma arrodillada en el área buscando explicación porque se le fue apenas ancho ese remate cruzado, un par de segundos antes de que sonara el silbato del final.
Otras tres jugadas en las que participaron Maxi y Leal, hasta el cierre, en lo que se demostró que Newell’s no estaba conforme con llevarse sólo un punto.
Claro, no alcanza para que el equipo marque la diferencia ganadora. Y por eso no gana. Hay protagonistas en bajo nivel, otros que no terminan de asentarse, defensivamente existen grietas y quedan en evidencia por los 11 goles que recibió en los últimos 6 partidos (y eso que en el arco está Aguerre, quien en Tucumán se lució ante un cabezazo de Heredia, aunque la jugada estaba anulada por offside previo). Demasiados goles, sin dudas.
Ni hablar porque River le hizo 3 y Atlético Tucumán 2, pero también es cierto que los de Kudelka marcaron 2 ante el millonario y 2 frente al decano por ir a buscar, por querer ganar, por arriesgar y querer imponer condiciones.
Una lectura del desarrollo de juego e implementación en base a ideas del técnico, con protagonistas que están dejando en claro que lo bancan en momentos de resultados nada agradables, con la suma de apenas 4 puntos de 18, cuando en los 6 partidos anteriores se había escapado de la zona roja con una cosecha de 12 unidades.
Una lectura del juego que entendieron muy bien la Fiera y la Pantera y la llevaron a cabo en Tucumán. Con Maxi lejos de ser ese extremo mentiroso de un 4-3-3 que nunca fue cierto y que puesto en contacto con la pelota leyó el juego durante pasajes de la primera etapa y sobre todo en el segundo tiempo. Y con Leal leyendo los momentos para buscar dar y recibir un pase y amigándose con el gol, aunque no le salió el tiro del final para el 3-2 que Newell’s mereció.