Beijing.- Las Leonas jugarán mañana viernes 22 desde las 7 ante Alemania el
partido que definirá la medalla de bronce del torneo de hockey sobre césped femenino de
los Juegos Olímpicos de Beijing, en un encuentro que pese al dolor de no pelear por el oro
será la continuación de un ciclo brillante, cuyo camino se inició en Sydney 2000.
Luego del partido que jugarán las chicas argentinas ante Alemania llegará
el turno de la lucha por la medalla de oro, en la final que disputarán el mejor equipo de
mundo de la actualidad, Holanda, ante China.
No hay dudas que las chicas de Gabriel Minadeo llegaron a Beijing con la
ilusión de ganar la medalla de oro, pero sabían que tendrían un escollo muy complicado en
Holanda, rival al que esperaban en la final.
Los dos sorpresivos empates ante Estados Unidos y Gran Bretaña, en el
arranque de la fase de grupos, les terminó complicando la historia, porque Las Leonas se
clasificaron segundas y no primeras como esperaban y tuvieron que enfrentarse con las
holandesas antes de tiempo.
En la intimidad todas las chicas seguramente sabían que el choque del
miércoles ante Holanda sería más que complicado, por eso querían tenerlas frente a frente
reciénàiÕ!una final, donde a veces los nervios y las tensiones puede ser factor determinante
y allí, gracias a su temperamento, Las Leonas podrían haber sacado ventajas.
La cuestión es que ese mal arranque, después corregido con tres victorias
consecutivas, entre ellas una por goleada ante el rival de mañana, las alemanas,
revitalizaron a las argentinas, que pese a saber que tenían enfrente a Holanda encararon el
partido con mucha confianza.
Pero no se les dio. El dolor de lo sucedido ayer continuó hoy, con las
chicas manteniendo un perfil muy bajo, pero sabiendo que mañana tendrán desquite y la
posibilidad de colgarse una medalla olímpica, lo cual no es para nada poco.
En Atenas 2004 les sucedió lo mismo a Las Leonas, cuyo dolor por haber
perdido por penales ante las mismas rivales que ayer, Holanda, en la misma instancia,
semifinales, duró hasta minutos antes de conseguir la presea de bronce.
“Este es el momento de llorar, porque mañana ya hay que mirar para
delante y salir a ganar la medalla de bronce”, fue el mensaje de Luciana Aymar, la mejor
jugadora del mundo, para los medios y sus compañeras.
Es probable que en la historia del deporte argentino pocas veces se haya
visto un vestuario tan abatido, con tanto dolor, al punto que era desgarrador escuchar tantos
llantos.
El tema es que estas chicas juegan por la camiseta, juegan por la pasión
que tienen por el deporte, del cual no viven y les será complicado vivir algún día.
Mientras algunos hacen números y cada gesto tiene un precio dólar y eligen
contar sus vivencias a los medios extranjeros antes que a los nacionales, Las Leonas son
abiertas en todo sentido y dejaron hasta la última gota de sudor dentro de la cancha en
pos de revertir una historia.
Y lo hicieron por pasión, por amor a la camiseta, por un sentimiento que
ellas mismas con palabras jamás podrán explicar. Por eso, estas Leonas y aquellas que ahora
miran desde afuera son de oro, porque valen oro, por más que mañana todos anuncien
que otra vez, como en los Juegos de Atenas, se vuelvan a Argentina con la medalla de
bronce. (Télam)