Hay un lugar en el mundo donde todos conocen, hablaron alguna vez o tienen una anécdota para contar sobre Jorge Luis Sampaoli Moya. Y ese lugar es la ciudad de Casilda, distante de Rosario por sólo 56 kilómetros. Es el rincón de la pampa sojera y capital de la miel donde este casildense de 57 años, que hoy a la tarde será presentado oficialmente como técnico de la selección argentina, se crió en el barrio Barracas, fue al Comercial, aprendió a patear la pelota, jugó en primera de carrilero izquierdo, fue cajero bancario y director técnico. Es el lugar en el que formó una familia, de donde partió y el lugar al que vuelve siempre que puede para ser uno más de sus 50 mil habitantes.
Allí murieron sus padres, Rodalgo, policía, y Odila, empleada de un frigorífico. Allí tiene a sus hermanos Marcelo y María Laura; viven sus hijos Sabrina y Alejandro, la madre de ambos y su nieto Benicio. Allí se reencuentra con amigos a comer asados, tomar un café o champagne y jugar al tenis-fútbol. En ese lugar, donde hay fotos de él hasta de la época en que tenía pelo, estuvo ayer Ovación siguiendo algunas de las huellas del Zurdo, el hombre que se lanzó de Casilda al mundo del fútbol internacional.
En ese lugar trabajó Sampaoli. "Mi mamá fue su jefa, siempre contaba que la hacía renegar", recordó el presidente del club Alumni, Mauricio Vittone, de 46 años, marcador central, bajo las órdenes del Zurdo, que jugó en Newell's y también en el club que ahora preside.
Frente al recuerdo no faltará la voz de Sergio "Turco" Abdala, que trabajó como bancario con Sampaoli y agregará por lo bajo que le decían Maradona porque "nunca estaba en el banco" sino a una cuadra, en el bar Sarmiento. Aunque la concejala del Frente Progresista, la socialista Lorena Casati, resaltará que Sampaoli, "tuvo una participación activa en contra de la privatización del banco".
Casilda tiene un intendente radical (Juan José Sarasola) y Sampaoli se ha expresado abiertamente a favor del peronismo, sin embargo Casati dice que nada de eso es impedimento para reconocerlo desde el Concejo casildense. "Propuse esta semana en comisión que se lo reconozca especialmente porque él que pertenece a una ciudad apacible se arriesgó: es un buen ejemplo para los jóvenes".
Revolucionario en la liga
El pasado combativo de Sampaoli en la vida civil no opacaba ayer los recuerdos de su perfil futbolístico. "Teníamos un equipo con el 80 por ciento de chicos de acá, antes de que llegara el Zurdo no peleábamos ni la mitad de la tabla pero con él llegamos a dos finales. Era un obsesivo del trabajo, un perfeccionista. Con él pasamos de practicar sólo martes y jueves y comer el asadito el viernes a entrenar todos los días, de lunes a sábados. Yo estudiaba ciencias económicas en Rosario y viajaba sólo para entrenar. Con esta medida, él revolucionó la Liga Casildense", dijo Vittone, el presidente alumnista.
El Zurdo es hincha de River pero en Alumni tiene gran parte del corazón porque es donde hizo el mayor de sus recorridos como jugador.
"Era rápido", aseguró Nelson "Nene" Márquez, un ex técnico de Sampaoli en la década de los 80, uno de los tantos parroquianos que ayer al mediodía tomaba un religioso vaso de vino blanco en el bar del club.
"Veo ahora adónde llegó y me digo que tal vez yo podría haber llegado lejos como él, si tengo título de técnico y todo", se rió Márquez, sentado junto a una foto descolorida de los 90, donde se ve un plantel alazán (tal el apodo con que los hinchas de Alumni bautizan a sus jugadores). En la línea de arriba, a la derecha se destaca la cara del carrilero Sampaoli, que por entonces no era calvo.
Como en toda mesa futbolera se da el cruce de opiniones. "Decí la verdad, le ponía ganas pero no era de los buenos, era medio rústico", dijo Jorge Raúl Rodríguez, vermú en mano.
Cerca de ellos otro grupo de hombres aseguró haber compartido asados y pócker con el Zurdo. Y entre ellos dio testimonio otro de los discípulos de Sampaoli: Emiliano Scapinello, quien recordó que cuando salían a correr en los entrenamientos, el Zurdo era parte del grupo y que practicaban velocidad jugándole carreras al tren, con él a la cabeza.
El club tiene 2000 socios y varios muy reconocidos (hay varios futbolistas, el basquetbolista Javier "Tuky" Bulfoni y el nadador Federico Grabich, medalla de bronce en Kazán 2015, entre otros) . Pero ayer sólo Sampaoli estaba en boca de todos y también era el único en la tapa de un libro. Se trata de "No escucho y sigo. Jorge Sampaoli, una vida fútbolística", escrito por el periodista casildense Pablo Paván. El texto _ titulado con una frase de una canción de la banda de rock Callejeros, una de las favoritas del Zurdo_ se prepara para la tercera edición, al decir del propio autor.
En Aprendices
Sampaoli dirigirá la selección nacional y contará con el mejor del mundo, Lionel Messi, como 10. Pero desde 1999 al 2000, el plantel que estaba bajo su ala era otro. Dirigió a Aprendices de Casilda, que salió campeón de la liga en ambos años. Y su diez era Juan Quiroga, un prócer del club al que tildan "La academia".
A sus 42 años, Quiroga sigue jugando en primera y ahora con su hijo Franco, de 18. Ayer se prestó a recordar anécdotas de Sampaoli para Ovación, desde la cancha. Llegó en su moto, casco en mano acompañado de las mascotas del estadio. Venía de trabajar. No vive del fútbol: hace 22 años que es empleado de Arcor, actualmente es supervisor. Recordó cuando Sampaoli, que trabajaba como secretario del juez de Paz en Los Molinos (a 15 kilómetros de Casilda) lo iba a buscar a la salida del trabajo con su Clío blanco.
"En esa época era promotor y yo argumenté en el club que no podía venir a las prácticas en el vehículo de la empresa como disponía Sampaoli. Entonces él resolvió pasar a buscarme en su auto. Nos encontrábamos en San José de la Esquina y me traía. Era un tipo difícil, muy exigente con la responsabilidad y yo hoy se lo agradezco, porque a mí me costaba ese aspecto. Pero fui hasta capitán con él", recordó el hombre que obtuvo seis títulos en diez años, con este club centenario.
"Me da orgullo ser uno de los jugadores que entrenó", dijo Quiroga en relación al hombre que tras su exitosa campaña con Chile fue reconocido por sus pares como "Mejor entrenador de la clasificación para la Copa Mundial 2014", por sobre Sabella y Pekerman.
"Me alegra ver el presente de Sampaoli _agregó_, quienes entrenamos con él y vemos cómo juegan sus equipos distinguimos su marca en el trabajo", aseguró Quiroga, quien este año que el club cumple 100 años decidió colgar definitivamente los botines.
Un distinto
En el bulevar Lisandro de la Torre pasa gran parte de la vida casildense. Se camina hacia las cuatro plazas, se corre, se celebran los festejos futboleros. En la intersección con calle Sarmiento hay dos bares que frecuenta el Zurdo. Justamente el Sarmiento, donde suele tomar café o comer con sus hijos, y el "Barra vieja", un pub con alusiones a Pearl Jam, Lennon y Hendrix y donde por la noche vibra rock nacional como le gusta a Sampaoli.
Al frente está Federico Luján, un hincha del club rival de Alumni, Unión Casildense.
"El es un tipo distante pero muy correcto y yo lo respeto mucho, acá en Casilda fue siempre un distinto", aseguró el hombre antes de contar que a Sampaoli le gusta juntarse allí con amigos y compartir un champagne.
La familia de Sampaoli se mantiene con perfil bajo frente a los medios. Ayer en particular tomaron una franca distancia. Sus hermanos y sus hijos junto a unos amigos del club llenaron una combi y se fueron a Buenos Aires a hacerle el aguante durante el acto oficial de hoy. "El único que me quedé laburando soy yo, ¿podés creer?", se lamentó el cuñado, Claudio Casarotta, al frente de la lavandería familiar. Hoy casi todo Casilda está pendiente del acto. Hoy Casilda es Sampaoli.