Un gol madrugador le permitió hoy a Lanús afirmarse, manejar buena parte del encuentro y, aunque
no le sobró nada, lograr una festejada victoria por 1-0 frente a un Boca Juniors sin ideas.
El equipo de Luis Zubeldía impuso una superioridad notoria en el primer tiempo de juego y
después perdió la pelota durante algunos pasajes, pero su victoria pocas veces peligró habida
cuenta de que su rival fue errático, impotente y nunca entró claridad en el ataque.
Lanús gestó su primera llegada a los 3 minutos a través de una pelota muy bien jugada por
Nicolás Ramírez, quien abrió a la derecha para Eduardo Ledesma. El marcador lateral recibió con
mucho espacio, cruzó el balón al medio y Eduardo Salvio a la carrera sacó un derechazo bajo al palo
izquierdo que dejó parado a Roberto Abbondanzieri.
Fue el preámbulo de 20 minutos en los cuales Lanús fue dueño absoluto del desarrollo, ganando
la pelota con mucha agresividad en la mitad de la cancha con destacado trabajo de Diego González y
haciéndola circular con fluidez ante un Boca desconcertado.
Al claro dominio del local le faltó mayor frecuencia de llegada, aunque estuvo a punto de
aumentar sobre los 13 cuando Diego Valeri recibió por izquierda un pase de Cristian Menéndez,
avanzó en diagonal y sacó un derechazo que hizo dar la pelota en el palo derecho del arco
visitante.
Boca recién apareció en el minuto 18 con una buena acción de Ricardo Noir, quien dominó la
pelota en el área y sacó un zurdazo exigiendo a Carlos Bossio.
Después de los 25 Lanús bajó el ritmo, retrocedió y permitió que Boca se adelantara en el
campo. El equipo de Carlos Ischia trató de ser prolijo en el traslado, movió el balón por los
laterales, pero le costó encontrar profundidad porque Leandro Gracián apareció muy poco y además,
al no contar con un centrodelantero definido, careció de presencia en el área rival.
De todos modos, contó con algunas aproximaciones como un tiro libre de Gracián a la media
hora y un remate de Sebastián Battaglia a los 36, apenas desviados ambos.
Lanús volvió a generar peligro desde los 40, con una pelota que Ramírez cruzó desde la
derecha a la cual no llegó por muy poco Menéndez y que Abbondanzieri rechazó a duras penas.
Arrancó el segundo tiempo con características parecidas a las del final del primero y Boca
estuvo cerca del empate cuando combinaron sus dos jugadores más rescatables, Hugo Ibarra y Fabián
Vargas: el colombiano descargó de taco para la llegada de Gracián y el zurdazo del reemplazante de
Juan Román Riquelme se fue desviado.
Después el equipo de Ischia siguió adelantado frente a un Lanús que lo esperaba, pero, como
nunca logró pasar por el medio, el camino fue abrir hacia la izquierda por donde Juan Krupoviesa no
acertó con ninguno de sus centros.
Entraron Nicolás Gaitán y Martín Palermo, y más tarde Lucas Viatri, por un Palacio que está a
años luz de lo que supo ser, y Boca terminó jugando con dos nueves cuando había empezado sin
ninguno. Y nada cambió.
La mejor llegada se vio a los 32 cuando Viatri, en posición adelantada no sancionada, quedó
frente a Bossio, pero con poco espacio, y su remate fue rechazado por el arquero. Palermo tuvo un
solo cabezazo y se fue desviado.
Y Lanús, que no atacó mucho en la parte final, se fue celebrando un triunfo apretado, pero
indiscutible. (DYN)