El fútbol argentino desde hace décadas está regido por una organización que se cimentó en una economía informal y en una Justicia imparcial. Muchos directivos son una cabal representación de mala praxis sin condena. Y en un país como Argentina, donde la indisciplina ya es una costumbre, la administración de este deporte gana de punta a punta, porque no deja norma ni regla sin transgredir. Eso sí, todo bajo el amparo de la complicidad política de los diferentes gobiernos que utilizaron al fútbol para beneficio propio a cambio de amnistiar, disimular y omitir los flagrantes incumplimientos financieros y jurídicos. Si hasta decretaron cambios para condonar monstruosas deudas de clubes con el Estado, como también evitar que los responsables sean juzgados.
En los últimos años la política fiscal se endureció y comenzó a exigir un cumplimiento tributario por parte de los clubes, al que algunos respondieron correctamente, pero muchos otros siguieron con el mal hábito de maquillar sus problemas financieros profundizando sus gestiones dolosas, sin importar el perjuicio a terceros y a la propia entidad.
En este marco descriptivo está el grave accionar de directivos con respecto al impuesto a las ganancias de los jugadores. Todo empleador debe retener la cifra precisa, dejar constancia en el recibo de sueldo y luego ingresarla a la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip). Pero no. En muchos casos este procedimiento queda inconcluso, ya que lo retienen pero no lo pagan. Entonces son muchos los jugadores que enfrentan serios inconvenientes (varios aún no están enterados), porque tributariamente son responsables en forma individual.
En el derrotero periodístico por varios estudios contables que atienden estos casos, un contador explicó: "Para la ley de ganancias todo lo que supere el mínimo no imponible es ganancia. Los jugadores pagan el 35 por ciento. Si los futbolistas no tienen un control contable estricto de esto pueden pasarla muy mal y este caso de que los directivos retienen ganancias pero no lo pagan se convirtió en algo común. Y delicado. Por eso los jugadores deben intimar primero al club para que lo haga, caso contrario deberán denunciarlo para que se ajusten a derecho".
En octubre del año pasado la Afip denunció ante la AFA a un conjunto de clubes que estaban cometiendo esta grave transgresión y emplazó para que se pongan al día en materia tributaria, razón por la cual el por entonces titular de la Comisión Normalizadora, Armando Pérez, implementó una quita a los aportes que debían recibir los clubes por los derechos de televisación, que aún eran fondos públicos devenidos del Fútbol para Todos, para pagar esa deuda, lo que generó una lluvia de críticas por parte de los directivos, incluso los más endeudados.
"Los dirigentes de los clubes pergeñaron esquemas para reducir sus costos laborales y reconvirtieron a parte del sueldo como reconocimiento a la trayectoria para evitar más retenciones. Y es legal porque los convenios colectivos de AFA tienen una retribución por premios y otros ítems, por eso hasta entregan dos recibos, uno por salario neto y otro por reconocimiento a la trayectoria, existiendo casos que llegan a la mitad de los haberes. Ante esto, la Afip sacó una resolución en 2007 que estableció una retención del dos por ciento para ese reconocimiento, pero para el jugador es ganancia que debe rendir en forma anual", graficó una especialista.
Y para que se interprete mejor el atajo financiero al que recurrieron dirigentes de clubes, narró: "Si un futbolista recibe 50 mil pesos en concepto de reconocimiento a la trayectoria, el club le retiene mil en concepto de ese dos por ciento de ganancia, pero el otro 33 por ciento que completa el 35 del impuesto lo tendrá que afrontar el futbolista cuando cierra el ejercicio anual. Es un recurso financiero para el club pero para el jugador no deja de ser ganancia. Es decir que no sólo pagan los haberes con cheques diferidos, sino que también una parte la pagan bajo este esquema".
En varios clubes a algunos jugadores les retienen el impuesto a las ganancias pero no lo hacen constar en el recibo, lo que fue considerado "ilegal" por uno de los contadores, quien a su vez dijo que "son muchos los futbolistas que ignoran el procedimiento, a tal punto que fui personalmente a la delegación de Futbolistas Argentinos Agremiados aquí en Rosario y no tienen idea de qué se trata, es evidente que el gremio, al menos acá, no fue capacitado para orientar a sus afiliados. A tal punto que hemos constatado que jugadores jóvenes que están en primera ni clave fiscal tienen".
No hay dudas de que muchos clubes oxigenan financieramente sus malas administraciones transgrediendo las leyes tributarias, y esto ocurre porque los directivos no afrontan ningún tipo de sanción individual, ya que todas las penas quedan para la entidad. Así lo ratifica el titular de un importante estudio contable rosarino: "El club es empleador. El problema es que los directivos no son responsables individualmente, porque el club no está a nombre de ellos como una empresa, entonces no les importa. Por eso si los jugadores denuncian la irregularidad, el club tendrá una multa que va de 2 a 10 veces el monto retenido y no pagado. Pero deben hacerlo porque ellos no tienen otra que pagar".
Y agrega: "Yo soy socio de un club y la verdad que es importante que todos exijamos la transparencia de cada gestión, porque ya hay clubes que están complicados por las deudas fiscales, porque los directivos pasan pero las deudas quedan".
Lo que queda claro es que ciertas dirigencias hasta se apropian del dinero de sus propios futbolistas para cubrir sus malas gestiones. Total, mientras zafan de la realidad, condenan el futuro del club que representan.