"Se realizaron pruebas al agua de la piscina de clavados del centro acuático Maria Lenk y arrojaron que no había riesgo para la salud de los atletas".
El agua, que lucía azul todavía el lunes, cambió de color para el martes y fue notorio el contraste con el color normal de la piscina donde se hicieron antes las competencias de waterpolo en el mismo complejo.
Tanto la ganadora de oro, la china Ruolin Chen, como las mexicanas Paola Espinosa y Alejandra Orozco, que quedaron sextas en la competencia de plataforma sincronizada de diez metros, dijeron que el color turbio del agua no afectó su desempeño.
"Sí nos dimos cuenta desde que llegamos. Creo que con el paso del tiempo se fue haciendo más verde", dijo Espinosa. "Pero ni influyó en absolutamente nada, ni no nos salieron ronchas, no se nos cae el cabello, no nos arden los ojos". "Fue chistoso", dijo Orozco.
Los organizadores de Río 2016 desconocen qué pudo haber ocurrido. El jefe del equipo de Canadá, Mitch Geller, especuló que el cambio de color podría deberse a algas.
"No sabemos exactamente qué pasó", dijo Mario Andrada, portavoz del comité organizador. En un comunicado, el comité organizador informó que "se realizaron pruebas al agua de la piscina de clavados del centro acuático Maria Lenk y arrojaron que no había riesgo para la salud de los atletas".
"Medimos todos los días el agua con los mismos parámetros y los resultados fueron idénticos que con una piscina azul".
"Estamos investigando cuáles fueron las causas de la situación, pero nos alegra decir que la competencia se completó de manera exitosa", agregó.