Facundo Rojas es correntino, tiene 26 años, trabaja como periodista y locutor en la capital de su provincia y es el capitán de la Selección Argentina de Baja Talla que en septiembre de este año vapuleó a su par Brasilera por 6 a 4, en Río de Janeiro, en versión sala de 7 jugadores.
En el equipo, formado en 2011, primero en su tipo en América Latina, y que dirige Mariano Rojas (padre del capitán y entrenador de talla convencional) hay jugadores acondroplásicos correntinos, misioneros, chaqueños, entrerrianos, cordobeses, porteños, riojanos, chubutenses y jujeños. Ningún rosarino.
Por eso el capitán, en diálogo con Ovación, Rojas dejó abierta la invitación a quien quiera despuntar el vicio en el equipo (desde Facebook "Selección Argentina de Fútbol Baja Talla", por Twitter @seleccionbajatalla, o al teléfono 0379-154-358595, del propio Rojas).
Los Baja Talla suman a todo jugador de cualquier edad, si bien al momento de la competencia el técnico selecciona a los mejores. Se reúnen una o dos veces al mes en entrenamientos.
Ayer jugaron un amistoso en Buenos Aires, de cara al torneo que jugarán contra Chile, Perú, Brasil y posiblemente Paraguay, del 14 al 17 de diciembre en Lima (Perú). Cuentan con la indumentaria que les proporciona AFA, pero los gastos de los viajes corren por su cuenta, a pesar de ser un equipo que representa al país.
Pero los proyectos no terminan allí: "Después del Mundial de Rusia comenzaremos a trabajar para organizar en Argentina la primera Copa de América", dijo el 10.
Rojas no siempre jugó con los de su altura. Con su metro cuarenta centímetros jugó en la primera de la liga de Corrientes. Y llegó a cabecear y hacer un gol y todo, pero reconoce que no es lo habitual, y que ahora se toma revancha con los de su tamaño.
Comenzó formando un equipo de Baja Talla en su provincia, al que llamó "Pulga y Pelusa", en honor a los dos mejores 10 de la selección argentina, tan geniales como bajos: Lionel Messi, de 1.70 metro y Diego Maradona, de 1.65 metro. Una muestra de que la grandeza no sabe de tamaños.
Pero en afán de que más deportistas acondroplásicos puedan visibilizarse, combatir los prejuicios, discriminaciones y finalmente divertirse, Rojas comenzó a conectarse por las redes con jugadores de otras provincias hasta que se formó la selección.
"Este es un grupo heterogéneo en edades. Hay un chiquito de 4 años y hombres de 50 años, la mayoría no descienden de familias con esta patología. Y hay albañiles, empleados del estado y estudiantes. Aunque la gente crea que todos trabajamos en el circo", ironiza.