Tuvo toda la característica de un amistoso de celebración, contra un rival que no ofreció la mínima resistencia, salvo por su arquero. La selección argentina jugó a su antojo todo el partido, pero no consiguió reflejar en la red semejante dominio hasta los últimos minutos. Fue cuando apareció la zurda de Messi. El Diez se iluminó, la acarició en un tiro libre que dio en el palo y Thiago Almada la empujó al gol. Y de inmediato, en otro tiro libre, la Pulga la clavó en el ángulo para sellar un 2 a 0 que estuvo más acorde a la fiesta que se armó en el Monumental este jueves por la noche.
Desde el principio, con toques cortos y de primera, la selección argentina la movió y se movió en inmediaciones del área rival. De Paul y Messi la hacían circular entre un racimo de piernas panameñas. Faltaba el último pase o el centro que tuviese de destinatario un futbolista con la camiseta blanquiceleste.
El carácter de amistoso quedó más que de manifiesto en la intención de ambos de evitar cualquier fricción. Hasta que Galván se salió del libreto y le dio muy duro a Messi apenas pasado el cuarto de hora. La Pulga dio dos pasos y ejecutó el tiro libre de zurda, con comba, que se estrelló en el palo izquierdo. Fue la primera acción de riesgo ante una selección cuya principal preocupación era no desarmarse.
Lo de Panamá fue muy limitado. Nada sorprendente tampoco. De vez en cuando atravesaba la mitad de la cancha unos pocos metros y la perdía de inmediato.
Argentina dominó a gusto, le dio circulación a su juego e hizo ancha la cancha. Pero siguió resolviendo mal en los últimos metros y apenas se rescata un pase filtrado de De Paul para la diagonal de Mac Allister, que por muy poco no alcanzó a tocar ante el arquero Guerra.
Terminó siendo un tiro de Enzo Fernández desde afuera del área, que alcanzó a manotear Guerra, la última situación de riesgo antes de irse a los vestuarios.
Menos prolijo fue el seleccionado de Scaloni en ataque en la apertura del segundo tiempo. Ya estaba en la cancha Lautaro Martínez por Julián Álvarez y Thiago Almada por Mac Allister, pero al equipo le faltó profundidad.
Un enganche de Di María, volcado sobre la derecha, hacia el medio y el zurdazo al segundo palo fue interceptado por Guerra. Una jugada aislada, que precedió a dos tiros libre de Messi, interceptados también por el golero visitante.
La zurda de Messi no estuvo tan precisa para el último toque como sí en los tiros libre. Y por segunda vez, por esa vía, la estrelló en el poste, aunque en este caso Paredes buscó el rebote, la paró de pecho y pifió el disparo. Y entonces le quedó a Almada, que finalmente la metió sobre al primer palo.
Argentina al fin conseguía el gol que tanto se esperaba en el Monumental. Ya estaba todo definido. Nadie podía suponer que el livianito Panamá siquiera se acercase a Dibu Martínez
Pero Messi todavía tendría una más. Nuevo tiro libre y la zurda prodigiosa del crack la metió en el ángulo izquierdo para delirio de todos los hinchas. El Diez, tenía premio, el que tanto merecía, para terminar ovacionado y para que la fiesta de anoche fuese completa.