"Me dio bronca no haber hecho un gol más", sentenció Juan Manuel Llop luego de la victoria de Newell's en el Coloso ante el débil Chacarita.
"Nos faltó el gol para ganar", aseveró Paolo Montero después del empate de Central en Victoria ante el endeble Tigre.
"No tengo dudas de que hay que continuar de esta forma, necesitamos encontrar regularidad y prolongarla en el tiempo", reflexionó el Chocho.
"Tenemos que seguir por este camino. Todos los jugadores estuvieron en un nivel alto y eso me deja contento", analizó Paolo.
Las palabras de los entrenadores están teñidas de un optimismo que la caprichosa realidad se empecina en contradecir.
Los analistas apegados a los números para evaluar rendimientos le anteponen a esas declaraciones no sólo los puntos cosechados sino también aquellos que cuantifican los goles.
Newell's sumó ocho puntos de los 21 que disputó, con igual cantidad de tantos a favor como en contra: cinco.
Central tiene cuatro unidades con un guarismo negativo en conquistas, ya que anotó en cinco ocasiones pero le hicieron 13 goles.
Entonces para esos analistas que se sustentan en los números este primer cuarto del torneo es muy negativo para Central y Newell's.
Hay otros que evalúan el funcionamiento no sólo desde lo numérico sino también desde los adversarios con los que hasta ahora tuvo que confrontar.
Los equipos rosarinos aún no enfrentaron a los denominados "grandes", es decir Boca, River, Independiente y Racing. Que a priori no implica derrota, pero sí una contienda más complicada e intensa por los recursos preexistentes.
Central sí jugó con San Lorenzo, equipo que llegó al Gigante con una formación alternativa, con la que igualó sin goles. Mientras que Newell's perdió de visitante con el siempre complicado Lanús, pese a que Almirón había preservado a muchos titulares.
Desde esa mirada la conclusión de este primer tramo del campeonato tampoco es buena para canallas y leprosos.
Pero emergiendo de la simpleza que dan los números y los contrincantes, más allá de los guarismos siempre hay un análisis conceptual que pretende ser más futbolístico y se enfoca en el rendimiento específicamente. Esa revisión más futbolística, la que puede inclinar la balanza porque cuando el juego aparece y se mantiene en el tiempo los resultados decantarán finalmente, aprecia y valora aspectos que las corrientes anteriores no hacen. El origen de esa evaluación está en la pregunta lógica: ¿a qué juega el equipo? ¿Cuál es el intento táctico? Es sentarse a observar y por lógica deducir lo que pretende el entrenador colectivamente, desde una idea y concepción, más allá de que el conjunto en su etapa inicial lo logre plasmar o no.
Para los hinchas rojinegros era muy simple conocer a qué jugaba el Newell's estético del Tata Martino. Como así para los canallas identificarse con la búsqueda ofensiva del Central de Coudet. Para utilizar dos ejemplos sin adentrarnos en la historia.
Y desde este punto de vista tampoco se concluye en la estación del optimismo en la que se ubican las declaraciones de Llop y Montero. Porque ante la pregunta a qué juegan Central y Newell's aún se desconoce la respuesta. Es de esperar que los técnicos sí la tengan y puedan compartirla pronto.