El seleccionado argentino de básquetbol perdió 105-85 ante España en un amistoso desarrollado este viernes en el estadio Coliseum de La Coruña, que le sirvió a ambos equipos como preparación para su participación en los Juegos Olímpicos de Londres.
El seleccionado argentino de básquetbol perdió 105-85 ante España en un amistoso desarrollado este viernes en el estadio Coliseum de La Coruña, que le sirvió a ambos equipos como preparación para su participación en los Juegos Olímpicos de Londres.
Emanuel Ginóbili (19 puntos, 1 rebote y 5 asistencias), Luis Scola (18 puntos, 7 rebotes y 1 asistencia) y Andrés Nocioni (16 puntos, 7 rebotes y 2 asistencias), fueron los principales referentes del equipo argentino.
Una de las mejores noticias para la selección fueron los primeros minutos jugados por Carlos Delfino en lo que va de la preparación.
El escolta santafesino, además de los buenos números (14 puntos y 3 rebotes), pareció no sentir demasiado la falta de competencia. Mostró movilidad, actitud y unas buenas manos a la hora del lanzar al aro rival.
En España, mientras tanto, sobresalieron las determinantes figuras de el pivote Pau Gasol (17 puntos, 7 rebotes y una asistencia) y el base José Manuel Calderón (16 minutos, 2 rebotes y 5 asistencias).
El partido se definió en los primeros 20 minutos, con un inolvidable primer cuarto de España, en el cual el conjunto dirigido por Sergio Scariolo hizo todo y todo le salió bien.
España mostró en ese lapso la inteligente conducción de Calderón, una gran intensidad defensiva, velocidad para atacar, precisión a la hora de pasar la pelota y presencia dominante en los tableros.
Pero el factor determinante fue la tremenda puntería que tuvieron a la hora de encestar triples. En los primeros veinte minutos de partidos, los españoles embocaron la friolera de 9 triples.
Ante semejante aluvión, la Argentina no pudo hacer nada. Superada en fuerza y velocidad, le agregaba el mal manejo del balón y algunas de sus figuras en un bajo nivel, especialmente Scola, quien sólo convirtió 2 puntos en los dos primeros cuartos.
En ese segundo cuarto, el equipo dirigido por Julio Lamas llegó a perder por 29 puntos (54-25), y el vendaval español hacía presagiar lo peor. La chicharra llegó a tiempo y los primeros veinte minutos se cerraron 61-36.
España arrancó el tercer cuarto con la misma intensidad y, a poco de andar, Scariolo decidió comenzar con la rotación, y eso fue muy bien aprovechado por los argentinos, especialmente por Ginóbili, quien tomó la lanza y con sus penetraciones comenzó a resquebrajar la defensa española.
A Ginóbili lo siguieron Nocioni (el “Chapu” fue el jugador más regular del equipo), Delfino y, sobre todo, Scola, quien se volvió fundamental en ofensiva.
En ese instante del partido la Argentina se pareció más a si misma, porque, además de aprovechar el buen momento de sus figuras, supo sacarle rédito a la ventaja que dio Scarolo al quitar de la cancha a sus principales jugadores.
De aquellos 29 puntos de diferencia en el segundos cuarto, se pasó a un impensado 89-81 a cinco minutos y medio del final. Pero hasta ahí llegó el empuje. En poco más de un minuto, Nocioni cometió tres faltas personales y debió dejar el campo, y al rato lo siguió Scola (se peleó mucho con Ibaka), y España, encima, recuperó la puntería.
El seleccionado argentino perdió un partido que de antemano sabía que tenía muy pocas chances de ganar, pero lo que preocupó, más allá del estupendo juego de España en los dos primeros cuartos, fue la actitud y el rendimiento del equipo en ese lapso.
Se mejoró la imagen en la segunda parte del encuentro, a pesar de los 20 puntos de diferencia del resultado, con la aparición de sus figuras y un cambio de actitud.