"Hay que ser autocríticos y dar vuelta la página. Hay que bancar el momento y corregir errores. El VAR trajo confusión, pero hay que separar las cosas. A River le hicieron cuatro goles en 25 minutos. Lo del VAR fue increíble, pero una cosa no quita la otra".
Enzo Francescoli es el mánager de River y elige repartir las responsabilidades tras la polémica de la semana pasada en la semifinal de la Copa Libertadores. El reconocimiento de los errores es el primer paso hacia la recuperación. La dilación del diagnóstico y la consecuente acción sobre el mal que aqueja es ni más ni menos que una profundización del problema. "No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy", podría sugerirse.
¿Qué debe hacer la dirigencia de Central? ¿Sostener a Montero o reemplazarlo? La ilusión de ganar la Copa Argentina es inmensa, pero las posibilidades futbolísticas una quimera si el equipo no hace un giro de 180 grados en su rendimiento. Potencialmente Central es un equipo de la élite del fútbol argentino, pero la tabla de posiciones del torneo marca que junto a Temperley y Arsenal es el peor de todos. Fuerte ver a Central en el fondo de la tabla. ¿Entonces?
Con el diario del lunes es lógico suponer que el DT uruguayo debió dejar el equipo después de la desestabilizadora goleada frente a Banfield en el Gigante por la cuarta fecha de la Superliga. ¿No era el momento, cuándo es el momento? Don Angel, Russo, Bauza... ¿cuántos más habrían soportado un 0-4 en Arroyito contra Banfield?
Después de ese partido llegaron otras dos derrotas consecutivas 3 a 1 (San Martín de San Juan y Argentinos), un empate 1 a 1 con Tigre (el otro equipo que todavía no ganó) y una caída más con Atlético Tucumán 1 a 0.
Antes de ser sometido por Banfield, Central empató con Colón (1-1), San Lorenzo (0-0) y Temperley (1-1).
Salvo Colón, San Lorenzo y Banfield fueron todos partidos ganables de los que apenas pudo arañar dos puntos.
Tres días después del choque con el Taladro, Central le ganó a Boca por la Copa Argentina y lo festejó como un campeonato. La cercanía de los compromisos sostuvo a Montero. Fue el único argumento medianamente convencional.
Está clara la necesidad de un título pero el costo, si es que lo consiguiera, ya es enorme aunque en el momento no será tenido en cuenta por el público. Y es lógico que así sea. Los que sí tendrían que tenerlo en cuenta son los encargados de manejar el club. ¿Vale lo que cuesta?
¿Puede una institución enorme como Central darse el lujo de despreciar el pan de cada día en pos de otro objetivo? La Superliga prestigia, proyecta y también condena. Si los puntos van a ser plata, ¿cuánto dinero está dispuesto a dilapidar Central por ganar la Copa Argentina?
¿Es así de lineal, la continuidad de Montero asegura una vuelta olímpica? Por supuesto que no. Por eso resulta muy difícil entender la falta de definición y/o tibieza ante un pésimo momento futbolístico del equipo que quedó a 20 puntos del puntero en sólo 8 fechas. Central viene perdiendo 2 puntos y medio por fecha con Boca.
Ni hablar de una odiosa comparación con Newell's, un equipo potencialmente bastante inferior que sacó más del doble de los puntos que tiene Central, aunque no significa que sean suficientes. También son muy pocos, apenas el 33,33 por ciento de rendimiento. Por si hace falta la cuenta, Central lleva recolectados casi en un tercio de campeonato el 16,66 por ciento de los puntos. La campaña de Montero ya es eor que la de Alfaro en 2008.
¿Cuál es la función que deben asumir los dirigentes? ¿Acompañar o cortar por lo sano?
Con el diario del lunes se puede hacer la crítica, como en este caso. Pero los conductores de la institución tienen que gestionar sin el diario del lunes. Por eso, antes del partido de mañana, ¿cuándo debe terminar Central el ciclo Montero? ¿Tan importante es la Copa Argentina como para arriesgar el futuro (léase promedio)? ¿Cuánto mejor puede jugar Central con Montero en el banco o sin él?
Con el diario del lunes más tarde o más temprano se sabrá. La dirigencia canalla debe actuar sin el diario del lunes y hasta ahora toda decisión parece pasar por el entrenador. Sólo él se pone plazos. Lo viene haciendo desde la conferencia de prensa post Banfield. A esta altura ya parece una cábala que sólo funciona, y de casualidad, para la Copa Argentina.
Lo más complicado de resolver sería la necedad. No reconocer que Central juega mal sería lapidario.
A propósito. "Atlético Tucumán es un equipo muy duro", razonó el martes el Ruso Rodríguez. "Acá no vinieron la mayoría de los jugadores que seguramente estarán el viernes en Formosa, pero tiene puntos muy altos, como Barbona y el Pulga Rodríguez. Tendremos que tener mucho cuidado, pero también ellos deberán tener cuidado de nosotros. Queremos ser el equipo de Boca, Godoy Cruz e incluso Tigre". Parte por parte.
Primero. Sería bueno para Central que las declaraciones del arquero sólo hayan sido para cumplir y no se crea nada de lo que dijo. Es lo más probable.
Segundo. ¿Cuál sería el equipo de Boca, Godoy Cruz y Tigre?
Central jugó el mejor partido en mucho tiempo frente a Boca, el mejor de la era Montero lejos. Fue un espanto contra Godoy Cruz, partido que tranquilamente pudo estar definido a los 15 minutos del segundo tiempo. Claro que hay mérito, pero la principal explicación para ese triunfo es la endeblez temperamental de los mendocinos, puntualmente de un puñado de sus intérpretes.
Se comprende perfectamente que la mejor forma de disimular la muy precaria puesta en escena auriazul fue hacer foco en la emotividad que siempre genera torcer el rumbo de un partido que viene de traste desde el minuto uno y dos goles abajo.
Pero eso es para afuera, puertas para adentro, Montero y Morales siempre supieron que los errores y deficiencias fueron los mismos que en partidos anteriores aunque con otro desenlace. Al menos es de esperar que así lo hayan visto.
Si el partido con Tigre es un parámetro, como expresa el Ruso, pobre Central.
Pero las declaraciones son sólo declaraciones y suelen estar en la vereda de enfrente de las verdaderas estrategias y hasta pensamientos.
Tercero. Más allá de las dificultades de cualquier partido y de las complicaciones que se auto infringe, Central es amplio favorito por potencial futbolístico aunque Atlético atraviese un momento de mayor bonanza.
Con una referencia sobra. Zampedri, el mejor de Atlético en la temporada pasada, juega en Central. Leyes y Bianchi, otros dos bastiones de aquel decano, juegan en Newell's.
Es de suponer que en el mundo Central todos tienen el diagnóstico y buscan la cura. Con el diario del lunes se puede argumentar sólidamente que Montero debió dejar el cargo tras la goleada frente a Banfield. Sin el diario del lunes, ¿qué debe hacer la comisión directiva si Central gana la Copa Argentina con Montero en el banco?
Es de suponer que ya lo tienen decidido.