Quien puso todas las fichas en el tablero con la cara de Ferreyra fue Cristian González. El entrenador de Central paró el equipo el miércoles pasado pensando en Unión. Y ahí ubicó a Pupi entre los once. Toda una novedad.
El DT saluda auno de sus pichones.
Quien puso todas las fichas en el tablero con la cara de Ferreyra fue Cristian González. El entrenador de Central paró el equipo el miércoles pasado pensando en Unión. Y ahí ubicó a Pupi entre los once. Toda una novedad.
“Ahí me di cuenta de que tenía chances de ir de arranque”, desprendió sin deseos de profundizar. Es que como Federico Martínez estaba armando las valijas para mudarse a Independiente, sumado a que Alan Marinelli venía de recuperarse de una lesión muscular y el cuerpo técnico decidió no arriesgarlo para el partido informal inaugural, se le abrieron de lleno las puertas de las posibilidades. Y la supo capitalizar.
Jugó en la ofensiva. Como sabe y mejor le sienta por naturaleza. Se recostó por la izquierda. Y Pupi fue de menor a mayor ante el tatengue. “Sí, por suerte arranqué con el pie derecho”, expresó.
“Puedo jugar por cualquier sector de la delantera. No tengo una posición definida. Siempre lo hice por todos lados, pese a que en octava división jugué uno o dos partidos de nueve”, acotó.
¿Cómo se define? “Soy rápido, me gusta gambetear y en algunas ocasiones tirar algunos lujos. Me gusta divertirme más que nada”, resaltó sin ánimo de alardear de la rica técnica que tiene en su ADN futbolero.
Luciano también contó que el Kily “Me dijo soltate y hacé lo que vos sabés”. Sin dudas, el entrenador le dio libertad absoluta para plasmar su picardía y hacer daño en campo ajeno. Y lo logró.
Una vez que finalizó el partido el entrenador canalla se acercó y lo abrazó como un padre lo hace con su hijo. El gesto del Kily hacia uno de sus pollitos preferidos fue porque el pibe había terminado de dar un show prácticamente en alta definición.
“Fue algo muy lindo haber podido rendir y responderle al entrenador, que también me llevó a la reserva. Quería empezar bien para agarrar mayor confianza”, destacó el delantero que se fusionó bárbaro con el goleador Lucas Gamba en el primer ensayo informal que hizo el canalla en lo que va de la extensa pretemporada como consecuencia de la pandemia.
A la hora de monitorear a los delanteros de elite, Pupi no dudó es afirmar que “miro mucho a Neymar, por sus gambetas y las cosas que hace dentro de una cancha. Es que considero que cuando puedo, me gusta hacer gambetas”.
Más allá del tremendo ruido mediático que hizo con su estreno, Luciano sigue los pies firmes sobre la tierra. “Sé que no conseguí nada, así que estoy tranquilo. Debo seguir peleándola y aprendiendo”, remarcó. “Lógico que uno siempre quiere mejorar o hacer bien las cosas. Y eso es lo que deseo”, dijo.
“Quiero estar bien para que el entrenador tenga una herramienta más. Somos muchos los que queremos jugar. Todos damos lo máximo en cada práctica porque se ve. Pero en mi caso quiero jugar porque soñé con esto como además deseo darle una vida mejor a mi familia, ya que varias veces nos faltó un plato de comida en casa”, cerró a modo de deseo y desafío interno este pibe que juega como los grandes de verdad.