Los Juegos Olímpicos de Londres prolongaron la carrera de Federico Molinari. "Si no clasificaba, largaba todo a fin de año", asegura el deportista nacido hace 28 años en Rosario, pero sanjorgense por adopción. El único representante masculino de la gimnasia artística nacional transita "el mejor año" de su carrera, con resultados que le permiten ser optimista en anillas, aparato en el que confía en llegar a la final, por lo que descartó participar en los otros cinco.
"Sabía que tenía chances de clasificar, hice todo lo posible y se dio. Si no clasificaba, me hubiera frustrado tanto que largaba todo a fin de año", señala.
Una vez asegurada la plaza olímpica se propuso dos objetivos: "terminar entre los 15 mejores en anillas" y hacer un "buen torneo" en el all round, que es la competencia en la que se suman los puntajes de los seis aparatos (anillas, caballo con arzones, barra fija, salto, suelo y paralelas). Pero cambió de meta a partir de sus actuaciones relevantes en las Copas del Mundo de Ghent (Bélgica) y Maribor (Eslovenia), en las que logró la medalla de bronce en anillas.
"Como en las Copas del Mundo anduve tan bien, y las notas fueron tan buenas, pienso que en Londres puedo llegar más lejos de lo que esperaba en anillas y ubicarme entre los diez primeros. Y para poder lograrlo, decidí bajarme del all round", cuenta.
"Entrar a una final en anillas sería algo fantástico tanto para mí como para la gimnasia argentina. En tanto, hacer un buen all round es quedar entre los cincuenta mejores del mundo, y eso como resultado no dice nada", agrega.
Para acceder a la final de anillas, necesita terminar entre los ocho mejores de la ronda clasificatoria. Piensa que es posible.
"Las dos Copas del Mundo y el Panamericano de Medellín (medalla de oro en anillas) me dieron confianza. Sobre todo la Copa de Bélgica, donde saqué una nota de 15.575 puntos. Fue un muy buen resultado. Que en Europa me pongan ese puntaje quiere decir que estoy bien y que tengo más posibilidades que antes de acceder a una final. Antes era un objetivo algo lejano y ahora se ve más cerca", sostiene.
Tiene tanta seguridad en sí mismo como en su capacidad de absorber los nervios frente a la competencia que todo deportista se plantea como meta.
"Si bien nunca fui a unos Juegos Olímpicos, en los últimos años estuve en varios mundiales, Juegos Panamericanos y Copas del Mundo, o sea torneos que generan también una gran presión. Por otra parte, el Preolímpico de Londres fue un torneo estresante en el que me jugué la chance de estar en los Juegos Olímpicos. Eso me sirvió para prepararme para lo que se viene. Estoy bien enfocado en la competencia en sí y no me dejo llevar por lo que significan los Juegos Olímpicos como acontecimiento", dice.