En el afán de decir hasta lo indecible en inglés, hace tiempo se instaló en el ambiente del fútbol la palabra “fair play” que no es ni más ni menos que “juego limpio”, referido al equipo o jugador que realiza la práctica deportiva con lealtad y de manera respetuosa con el rival, los árbitros y asistentes. Pasándolo en limpio, refiere a aquel o aquella que no juega a los codazos y a las patadas limpias, no simula una lesión o retiene una pelota para hacer lento el juego o no insulta a propios y extraños durante el cotejo. El tema no es una cátedra de los profesorados de educación física, instructorados o academias, pero sí una preocupación que muchos se toman bien en serio. Bastan unos pocos ejemplos para graficar y volver siempre al debate de una problemática vigente en todos los deportes y todo tipo de deportista: cualquiera sea la edad, género, sector social y sociedad.
Circuló esta semana, por las redes, un video con poca definición que puede verse en youtube de un partido de fútbol de mujeres en Jordania. Allí, durante un cotejo del campeonato femenino de fútbol de Asia Occidental donde se enfrentaban Shabab Al Ordan (de rojo) y Amman Club (verdirrojo), una muchacha que llevaba la pelota en la mitad de la cancha y tras un cruce con una rival se le cayó el hiyab (velo que cubre la cabeza de las mujeres musulmanas desde la edad de la pubertad, un símbolo de modestia, una regla que dicta el Corán a las mujeres de religión islámica). Inmediatamente la joven intentó ponérselo ya que por cuestiones religiosas está prohibido que estas mujeres sean vistas sin el velo en público. ¿Cómo reaccionaron las rivales? Inmediatamente corrieron a cubrirla en una ronda para que no exhibiera su cabeza ante las cámaras de TV y pudiera colocarse el velo nuevamente. El acto no sólo fue valorado en las redes sociales sino que ya varios futbolistas y futboleros le solicitaron a la Fifa que otorgue el próximo premio al juego limpio a las jugadoras que ayudaron a su rival.
Para sociedades occidentales el uso del hiyab en un partido puede parecer una rareza, pero no lo es tanto para las marcas deportivas de primera línea como Nike, que ya crearon un velo dentro de su indumentaria desatando polémica en Francia, por ejemplo, entre islamofóbicos y laicos.
Para el coordinador de los cursos de técnico de fútbol y el instructorado de fútbol infantil del Instituto Superior de Educación Física (Isef) Nº 11 de Rosario, Guillermo Gutiérrez, “el juego limpio no es una unidad, pero se trata dentro de ambos cursos como debate sobre los actores problemáticos del juego, tanto en la cátedra de psicología como la de estructuración del juego. Nos preocupa el tema especialmente en el fútbol infantil, porque allí somos formadores de formadores y tenemos la responsabilidad de ser una herramienta de cambio”.
La comisión de fútbol juvenil e infantil de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), como reconocimiento al juego limpio, apela a la tarjeta verde. Enzo Ferraro, jugador de la categoría 2008 de Argentinos Juniors, fue en octubre del año pasado el primero en recibir la tarjeta que no pena (a diferencia de la roja y amarilla) sino que galardona por ayudar a un adversario lesionado, por evitar protestas contra el referí, utilizar lenguaje respetuoso ante sus contrincantes e incluso se le puede otorgar a los padres y madres que mantengan un buen comportamiento como espectadores.
Enzo se ganó el mote de “bicho limpio” entre sus pares y la tarjeta que se anotó en un registro anual en la AFA, un listado que también tiene la Asociación Rosarina de Fútbol (ARF)
Otro ejemplo de juego limpio fue el del director técnico rosarino Marcelo Bielsa, criticado como “débil” (por no traducir una chorrera de insultos que no vienen al caso) por parte de muchos futboleros inspirados en la cultura del “aguante” como lo explica el sociólogo Pablo Alabarces. Muchos tildaron el gesto como la “última locura del Loco” cuando en abril de este año, durante el partido en que Leeds recibió a Aston Villa, por la fecha 45 de la Championship inglesa, le ordenó a sus jugadores que se dejen hacer un gol por “fair play” dado que su equipo se había puesto en ventaja con una polémica jugada.
Lo curioso es que los que hablan de una locura después les quieren enseñar reglas de juego limpio a los pibes. Pero, por suerte, los más chicos a veces dan cátedra. Sólo basta ver el video, que también circula desde hace tiempo por las redes, realizado por padres y chicos de los clubes Deportivo y Juventud más el municipio de Urdinarrain (Entre Ríos). En el mismo y en forma individual y grupal los chicos dicen “el fútbol es sólo un juego” y les piden a los adultos que no les griten ni insulten más.
Trofeo de Fifa
La Fifa entrega el premio al juego limpio (Fair Play Trophy) desde 1978 en cada Copa del Mundo (y se lo quedó Argentina, no sin suspicacias en ese torneo librado en plena dictadura militar).
En el último mundial masculino lo ganó España, al igual que en 2006 y 2010, por cosechar sólo dos amarillas y 34 faltas (el premio fue una medalla para cada jugador y técnico, un diploma y un cheque de 50 mil dólares que deberá ser usado en equipamiento para el desarrollo del fútbol de base). Colombia lo obtuvo en el Mundial de Brasil 2014, pero es la Canarinha la selección que más veces consiguió el galardón. En el caso del fútbol femenino, en las dos últimas copas (2015 y 2019) se lo quedó Francia.