Lágrimas. Frases entrecortadas. Emoción. Los ojos brillosos de Jesús Méndez se
perdían constantemente en medio de la nada. Sobre todo cuando mencionó la palabra Central.
“Siento que es un día muy triste. Pero no sólo hoy (ayer). Esto viene desde las vacaciones,
ahí se empezó a hablar de la posibilidad de irme”, declaró Jesús, mientras aceleraba el ritmo
de sus manos y jugaba con sus pulseras. “No puedo negar que voy a dar otro paso importante en
mi carrera porque Boca es otro grande del fútbol argentino. Pero no puedo ocultar el dolor que me
provoca irme de Central, que me dio todo lo que otros equipos no me dieron”, agregó el
mendocino en el mano a mano con este medio.
Méndez ya acordó de palabra con Boca su vínculo contractual por cuatro
años. Central también definió con sus pares de Boca las cifras definitivas para realizar la
operación. Falta que se estampen las respectivas rúbricas para cerrar el traspaso. Pero dependerá
de los xeneizes, quienes deberán hacer un paréntesis en su crisis interna para oficializar la
compra del volante.
Primero habló con Cuffaro Russo. Luego se plantó durante unos minutos y escuchó
atentamente a José Chamot. En medio del monólogo del Flaco, Jesús se dedicó en varios pasajes a
llevarse sus manos a la cara y dejarlas por unos segundos sobre sus ojos. “Lloré mientras
escuchaba lo que me decía. Es fuerte lo que me está pasando. Viví muchas cosas en Central y me
cuesta dejarlo”, continuó.
Después, se prendió en el picado matinal informal. Intentó hacer su
trabajo a conciencia, pero las lágrimas y el sentimiento lo traicionaron. Matías Ballini lo cruzó y
le dio una palmadita en la espalda. Más tarde lo hacieron lo demás compañeros: “Aprendí a
querer a Central y estaba bien acá, pero el fútbol tiene estas cosas. Hoy estás en un lugar y
mañana en otro. Es duro y cruel a la vez”, confesó el jugador antes de meterse de lleno en la
charla con Ovacion.
“En Central pasé muchas etapas. De no jugar, a jugar y luego pasé
a ser el capitán del equipo. Me dio la chance de ir a la selección argentina. Jugamos la
permanencia, compartí muchas cosas y eso me hizo crecer. Por eso siento dejarlo en estos
momentos”, afirmó antes de hacer una pausa para evitar desprender más lágrimas. “No
puedo hablar”, dijo en forma escueta.
“Voy a extrañar muchas cosas. Más de las que imaginaba. Acá la
pasé bien desde un primer momento. Encontré buenos compañeros y gente que siempre tiró para
adelante. Los hinchas siempre nos acompañaron. La verdad es que me llevó los mejores recuerdos. Es
feo irme y por eso sigo con ganas de llorar”, remarcó.
“Siempre la tuve que remar desde abajo y sufrí mucho. Central
confió cuando estaba en Suiza y era un desconocido. Cómo voy a estar agradecido a este club si me
dio todo”, afirmó antes de hacer otro paréntesis para tomar aire. Y remató: “Sólo tengo
palabras de agradecimiento para todos los centralistas. Y al hincha, si siente que en algún momento
no me salieron las cosas bien, le pido disculpas. Los quiero a todos de corazón porque siempre me
bancaron. Y eso no lo olvidaré jamás”, resumió Jesús, el día que lloró de tristeza por dejar
a Central para emigrar a Boca. l