En un partido trabado en lo táctico y con pocas ocasiones, Milito fabricó y anotó dos goles para
darle al Inter una victoria 2-0 sobre el Bayern Munich en la final de la Liga de Campeones.
Fue la tercera corona europea del Inter y primera en 45 años.
El conjunto italiano culmina la temporada con un triplete de ensueño: Serie A, Copa Italia y
Liga de Campeones, y en diciembre disputará en Abu Dhabi el mundial de clubes.
El técnico portugués planteó el encuentro fiel a su estilo. Renunciando al balón y con una
barrera en el centro del campo que desarboló por completo el ataque del Bayern y el esquema de su
entrenador holandés Louis van Gaal.
Inconmensurable la labor de los argentinos Javier Zanetti y Esteban Cambiasso en la contención.
Pero el esfuerzo fue colectivo. Por momentos, el delantero camerunés Samuel Eto'o parecía jugar más
retrasado que el brasileño Maicon, que ocupa el lateral derecho.
La jugada que rompió el partido llegó a los 35 minutos. Ninguna elaboración, prácticamente tres
toques y gol.
El guardameta Julio César despejó un balón desde su propia portería. Milito ganó la posición a
la defensa y bajó de cabeza en la línea de tres cuartos a Wesley Sneijder. Un Sneijder de destellos
y gran calidad. El holandés aguantó el balón, esperó el desmarque de su compañero y le entregó un
balón preciso al corazón del área que Milito, tras un pequeño amague, envió al fondo de la red ante
la media salida del portero alemán Jorg Butt.
Y poco más en los primeros 45 minutos. Apenas hubo disparos entre los tres palos y el extremo
holandés del Bayern, Arjen Robben, intentó alguna entrada sin éxito. Como ya hiciera en las
semifinales contra el Barcelona, Mourinho retrasó a un delantero para tapar las acometidas de
Robben.
La segunda mitad comenzó con un guión diferente. En el primer minuto una combinación eléctrica
del Bayern terminó con un remate del joven delantero Thomas Mueller que sacó el brasileño Julio
César magistralmente.
Inspirados los alemanes, Robben partió de banda derecha hacia el centro del área y remató con la
zurda al palo contrario. El guardameta brasileño volvió a lucirse en la estirada.
Pero cuando más apretaba el Bayern, Milito volvió a aparecer. Eto'o cedió al argentino, que se
acercó al área, regateó con suma facilidad al defensa Daniel van Buyten y cruzó ante Butt.
La final estaba sentenciada, una vez más gracias a Milito, que ya anotó en la final de la Copa
de Italia y en el último partido de la Serie A ante el Siena para darle el título al Inter.
Milito terminó el torneo como el tercer mejor goleador con seis dianas, a dos del máximo
artillero Lionel Messi.
Es la primera Liga de Campeones para Milito y la segunda para Mourinho, después de la lograda
con el Porto en 2004.
El portugués se convierte en el tercer entrenador en ganar la competición más prestigiosa del
viejo continente con dos equipos diferentes. Los otros son Ernst Happel (Feyenoord 1970 y Hamburgo
1983) y Ottmar Hitzfeld (Borussia Dortmund 1997 y Bayern 2001)