Buenos Aires.- Apenas 33 minutos bastaron para que Independiente estableciera ante
el derrumbado River Plate un 3 a 1, que habla a las claras de los momentos de uno y otro equipo.
Mientras el dirigido por Américo Gallego se acerca a los punteros, el otro, el que ahora
dirige Leonardo Astrada, se hunde cada vez más.
Los tantos de Darío Gandín, Ignacio Piatti y Andrés Silvera le dieron forma a la victoria de un
equipo en proceso de consolidación, que se mostró compacto y sin puntos débiles.
Por si esto no le alcanzara a los hinchas, el de hoy marcó el primer triunfo rojo en este
clásico en los últimos 11 años y el primero como visitante desde 1996.
El debut de Leonardo Astrada en la dirección técnica de River no alcanzó para torcer el rumbo de
un equipo alicaído, sin estructura, sin respuestas individuales, entregado a su suerte y con
el alma rota.
Independiente aprovechó en el primer tiempo todas las enormes facilidades que le dio la defensa,
¿defensa?, de River, para sacar una impensada ventaja de tres goles.
River tuvo sus ocasiones, pero nunca definió bien, y cuando le tocó defender fue caótico.
Cometió fallas de muy difícil explicación en este nivel, y en definitiva volvió a entregar la
imagen de equipo sin brújula, que se le viene observando.
Ya a los 2 minutos un remate de Núñez demostró que Navarro no estaba para dar garantías, y a los
10 llegó el gol. Un grosero error de Sánchez derivó en un tiro de esquina,
Mancuello ejecutó desde la derecha, pasado, y Gandín, ingresando por el segundo palo, cabeceó
bombeado y ante la débil respuesta del arquero, envió la pelota dentro del arco.
Hasta allí Independiente marcaba el ritmo, después lo redujo y permitió que el juego se
equilibrara. River llegó mucho hasta el área rival, pero cada salida del equipo de Avellaneda
lo encontraba mal parado.
A los 28 Gandín colocó una pelota larga, Piatti ganó en el pique, defendió la pelota con un giro
completo ante la impotencia de Villagra, y con remate corto y bajo colocó el 2-0.
Cinco minutos más tarde fue Mareque, quien colocó un gran pase, Silvera quedó solo ante una
defensa que se paró en línea, y ante la salida de Navarro puso el 3-0.
Después de que Gabbarini se lo tapara a Fabbiani, a los 34, y de que Buenanotte le entregara la
pelota al arquero, a los 38, sobre el final casi llega el cuarto, cuando Machín quedó cara a cara
con Navarro, pero la definición no fue acertada y salvó el arquero.
El segundo tiempo estuvo de más, porque Independiente se dedicó a dejar transcurrir los minutos
casi sin sobresaltos, en tanto que los ingresos de Mauro Díaz y Marcelo Gallardo, más el posterior
de Andrés Ríos, no le cambiaron la cara en absoluto al perdedor, que siguió deambulando por
el terreno, sin ninguna idea clara, ni la indispensable rebeldía para comenzar a revertir un
momento tan aciago.
Ya en los minutos finales un penal de Gabbarini a Archubi le permitió a Gallardo, desde los 11
metros, decorar el resultado, aunque de ningún modo podrá decirse que haya sido el gol del honor.
(DyN)