Maximiliano Peña cumplió su sueño. El chico de 20 años, que juega como volante central en Liniers de Bahía Blanca, logró cumplir su deseo de jugar al fútbol ante un equipo de primera. En este caso fue ante River, por la Copa Argentina, un dato para nada menor, teniendo en cuenta que el hincha fanático de Boca. Pero, paradójicamente, el día que cumplió uno de sus sueños se quedó sin trabajo.
Es que el mediocampista central perdió su trabajo en una panadería después de haber viajado a Formosa para el partido que su equipo, Liniers, perdió 2 a 0 frente a River por los 32ª de final de la Copa Argentina.
“Sabía que esto podía pasar y no me arrepiento de haber ido a jugar. Ahora cuando lleguemos a Bahía me tengo que poner a buscar empleo”, manifestó.
Peña reveló que juega “por la camiseta” porque al ser uno de los más jóvenes del plantel no percibe siquiera viáticos.
“Mi jefe me dijo que si viajaba, me echaba y yo decidí venir a jugar contra River. Me había informado que no podía estar cinco días sin mí”, reveló en declaraciones a TyC Sports.
Peña, hincha de Boca y que juega como volante central en el equipo bahiense, contó que tiene necesidad de trabajar porque convive con su novia Ivana y explicó que “entre los dos mantenemos la casa”.
Peña se mostró tranquilo porque confía en conseguir otro trabajo rápido. “Ya me llamaron de una pizzería y voy a ver si pruebo este fin de semana. Siempre trabajé en gastronomía, desde los 17 años”, relató.
El futbolista integró la delegación del conjunto bahiense que enfrentó a River este miércoles, pero ni siquiera ingresó un minuto.