Venía haciendo trabajos con pelota, pero en forma individual, sin contacto con otros. Cuando hicimos el reducido con la reserva, al principio no quería clavar el pie. En la primera pelota que toqué hice el mismo movimiento que cuando me lesioné y me preocupé. Pero en los días siguientes, con los entrenamientos te sacás esa idea de la cabeza, no pensás en la lesión. El sábado hicimos fútbol y me sentí muy bien. Ya estoy en condiciones para jugar. Físicamente estoy bien. Falta que agarre ritmo con la pelota, que es lo que espero lograr en la pretemporada.
Después de la operación publicaste un mensaje en Instagram con un saludo irónico para los que decían que te lesionaste en un picado con amigos, ¿te molestó lo que se decía?
Hay gente que inventa. Algunos se dejan llevar por cómo viene el equipo y llega un momento en el que le empiezan a caer a todo el mundo, jueguen o no. Llegué a escuchar que se decía que yo llegué lesionado. Lo aclaré porque me había jodido lo que se decía. Si hubiese sido en un picado, me callo la boca y me la aguanto. Sería un desagradecido con la gente que me trajo si yo hubiera hecho algo así. En general, la gente de Newell’s me apoyó.
Antes las críticas eran solo de la tribuna o de algún hincha que te cruzabas por la calle, pero hoy tenés las redes sociales.
Y son las 24 horas. De chico me fijaba más seguido lo que se publicaba, especialmente cuando no me salían las cosas. Pero lo fui dejando de lado, porque la pasás mal estando pendiente de lo que dicen de vos. Cualquiera puede decir cualquier cosa. Pero el argentino vive eso desde chico, sabe que es así y tampoco sorprende.
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¿Habías estado tanto tiempo sin jugar por lesión?
En Atlanta United tuve dos lesiones seguidas. En la primera, un arquero me chocó con los puños en la cabeza y tuvo una contusión. Estuve casi un mes sin jugar. El día que volví, otro arquero me dio un rodillazo a la altura del riñón y permanecí otro mes afuera. Y en 2019, una fractura de clavícula me sacó un mes y medio. La del pie fue la lesión más extensa.
¿Cómo esperás la vuelta a una cancha?
Imagino la vuelta desde febrero cuando regresé al club. Trato de no ser impaciente, como estaba cuando llegué. Lo que pasó me hizo calmar un poco. Quiero demostrar que volvió otro jugador del que le tocó irse. Es una lástima porque venía con mucho ritmo y continuidad en Atlanta United y creía que iba a aportar mi granito en este gran plantel que tiene Newell’s, algo de lo que no tengo dudas aunque no nos haya ido bien.
Te referiste a la continuidad y Lucas Bernardi, hoy gerente deportivo, fue el que te hizo jugar seguido en tus comienzos, ¿estuvieron conversando?
Me lo crucé en Bella Vista el viernes que hicimos los testeos. Tengo una buena relación con Lucas, fue mi compañero y entrenador. Siempre tuvimos contacto, incluso cuando no tenía nada que ver con Newell’s.
¿Sufriste mirando los partidos desde afuera?
Es muy difícil. Y más cuando nos tocaba de local y yo iba al Coloso. En los últimos partidos estaba desesperado. Quería encontrarme bien y combatir desde adentro con mis compañeros. Es complicado, porque yo llegué con la ilusión de jugar.
¿Analizabas situaciones del juego, imaginándote que hubieses hecho algo distinto?
Verlo desde afuera, sentado, tranquilo, es muy diferente. Encontrás todos los espacios, sabés dónde tenés que ir. Adentro también ves todo eso, pero tenés segundos para decidir. Quizás estás viendo el mismo pase que imagina el de afuera, pero un mal control o un desvío te cambia un poco la jugada y terminás perdiendo la pelota.
Llegaste a Newell’s, poco después se fue Frank Kudelka y apareció Germán Burgos, con otra idea. Adaptarse a esos cambios no debió ser sencillo en tan poco tiempo.
Es complicado porque al final nunca terminás teniendo una identidad. Newell’s tiene todo para pelear y entrar en copas internacionales, pero lo que no está encontrando es ese proyecto deportivo, no ahora sino desde hace años. Pienso que en Newell’s se están haciendo las cosas bien, por más que en lo deportivo no terminamos de la mejor manera. Se está en la búsqueda de ese proyecto que posicione al club adonde debe estar. Y hay que bancarlo, porque en Argentina no tenés tiempo si las cosas no salen bien. Por eso creo que Lucas (Bernardi) será muy importante en esa faceta, como lo fue Seba (Peratta), en desarrollar ese proyecto deportivo. Cuando estaba el Tata (Martino), en inferiores jugábamos todos como lo hacía la primera. Ya sabías cómo jugar, teníamos una idea base, sin dejar de aprender más cosas a medida que vas creciendo.
Hablaste de un estilo definido y Burgos los hacía jugar con tres zagueros, algo que no sé si muchos de ustedes estaban acostumbrados.
No creo que haya variado tanto en cuanto a la formación, al esquema táctico, porque todo es muy variable. Durante un partido terminás defendiendo con tres, cuatro o cinco. En Atlanta, con el Tata, teníamos tres formaciones y durante el partido las iba cambiando dependiendo del juego o del rival. Está bueno tener esas variantes de esquema. Pero aplicarlas lleva su tiempo. Un ejemplo claro es Defensa y Justicia, que viene haciendo las cosas bien desde hace años. Tuvieron entrenadores con ideas similares y no cambiaron por un mal resultado. Newell’s supo tener un estilo de juego que todos reconocían, como tenían los equipo de Bielsa, que es un técnico al que sigo mucho, los del Tata (Martino) o los del Tolo (Gallego).
¿Cuál fue el golpe más duro, la derrota en el clásico, la eliminación en la Copa Argentina o quedar afuera en la Sudamericana?
Perder un clásico es duro y repercute mucho. Duele. Pero más que la derrota fue cómo se perdió. Estábamos con la confianza de hacer un mejor partido y no fue así. Al menos es la sensación que me quedó desde afuera. Siempre que perdés un clásico te vas enojado, pero esa sensación varía según cómo fue que perdiste.
Cuando aparecen esos momentos malos, ¿con quiénes buscás contención?
La familia, los amigos más cercanos y los propios compañeros. Te rodeás de la gente que realmente te quiere, pase lo que pase. Te refugiás en ellos y salís un poco del mundo del fútbol y de ese mal momento que estás atravesando.
¿Dejás de hablar de fútbol?
Depende. Si estoy con mi papá, constantemente hablamos de fútbol. Me da su opinión, de cómo me vio, a veces estoy de acuerdo y otras no (risas). Mi mamá prefiere no hacerlo. Y con algunos amigos también hablo de fútbol.
¿Mirás fútbol por TV?
Si hay partidos trato de mirarlos. Me gusta mucho. Me gusta ver los equipos de Bielsa, me parecen interesantes. Sabés que cada vez que juegan va a pasar algo interesante. Sigo a los equipo de Guardiola, a Real Madrid. Sabés que con esos equipos no vas a perder una hora y media de tu vida.
¿Seguís dispuesto a jugar en cualquiera de los dos puestos que lo venías haciendo, de marcador de punta o de zaguero?
Para mí es lo mismo. Después de jugar en los dos puestos, me adapto a cualquiera. Al principio, si me preguntaban decía que estaba más cómodo de central, quizás porque tuve que ir conociendo el puesto de lateral prácticamente jugando ya en primera. Pero fui aprendiendo con la experiencia, mirando partidos, el movimiento de los jugadores. Me resulta indistinto donde me ubiquen.
La anécdota con Gamboa
Franco Escobar tiene una “linda” anécdota con el flamante entrenador rojinegro Fernando Gamboa, que lo llamó en la previa de un clásico en 2015. “Fue un lindo gesto”, manifestó el defensor.
“Con Fernando tuve contacto una vez. Me habló antes de que yo jugara mi primer clásico para ver cómo estaba, darme su apoyo y brindarme su experiencia como marcador central”.
“En ese momento me agarraron muchos nervios de que me llamara Fernando, que fue un tremendo marcador central. Fue un lindo gesto”, añadió.
“No salió muy redondo todo. Perdimos en cancha de Newell’s 1 a 0 con un gol de Marco Ruben, pero me quedó esa linda anécdota con Fernando”.
Si bien eras muy chico, ¿recordás algo del Newell’s de Gamboa de 2008?
Algo vi de ese equipo, con el Ogro Fabbiani en su esplendor. Yo llegué justo al club a fines de 2008. Era chico y no analizaba tanto el juego. Justo el otro día estaban pasando el clásico que ganamos (gol de Schiavi) por televisión. El fútbol de ahora cambió bastante con respecto a esos años... el estilo de juego, la forma.
Licha Martínez no le sorprende
Hoy debuta la selección argentina en la Copa América, con Lisandro Martínez en el plantel. Escobar lo conoce, compartió prácticas con él en Newell’s y hasta conformó la zaga en el único partido que Licha jugó en la primera rojinegra, contra Godoy Cruz (0-2) en 2017.
“Creo que todos los que compartíamos plantel con Licha sabíamos hasta dónde podía llegar. Se decía de la estatura que tenía para jugar de central, pero el Ratón Ayala por ejemplo no medía un metro noventa y fue un crack”, dijo.
“Licha tenía mucho salto y cumplía todos los requisitos. Ya notabas que era un jugador distinto en los entrenamientos, por cómo paraba la pelota, los pases que veía y que metía, la actitud con la que jugaba. Para uno que lo conoce de compartir plantel, no es sorpresa verlo donde está”, agregó.
“Por algo está en Ajax y en la selección. Tiene bien ganado adonde llegó”. aseguró.