Willemijn Hoogveld, 33 años, holandesa. Guillermina o “Will” para los amigos. Estudió periodismo en TEA mientras vivía en Rosario, ciudad que fue su cuna durante 6 años, divididos en dos etapas. Su primera estadía fue en 2006, luego volvió en 2009 y no se fue hasta el 2014. Se enamoró del típico ABC de la argentinidad: asado, mate y fútbol. Claro que el fernet no podía faltar arriba de la mesa, en una juntada con amigos y amigas. Esta vez le tocará vivir otro enfrentamiento entre su país de origen y el que la adoptó. Países Bajos y Argentina. “Somos optimistas, pero con Lionel Messi en cancha no se sabe qué puede pasar”, opinó Will, que se hizo hincha de Newell’s y también jugó al hockey en el club Fisherton.
Al principio fue difícil por el español, pero viví 5 años seguidos en Rosario que fueron muy a gusto. La gente de Argentina es muy cálida, amable, sociable, todo el tiempo te invitan a reuniones, a tomar mates, a hacer cosas. Cuando te hacés amigos, enseguida aprendés a hablar en español porque estás todo el tiempo escuchando y te acostumbrás.
Me hice hincha de Newell’s. En el 2013 fui mucho a la cancha, obviamente ese fue un año muy bueno. También jugué al hockey en el Club Atlético Fisherton.
¿Qué extrañás de Argentina?
La calidez de la gente. En Argentina siempre sos bienvenida y, si querés juntarte con alguna amiga, le decís “¿che vamos a tomar unos mates ahora?” y te juntás. En Holanda es todo más estructurado, tenés que organizar con tiempo de anticipación. Eso es lo que más extraño. Y ni hablar el asado, que me encantaba. Ahora estoy comiendo poca carne porque acá no existe lo del asado. Mate sigo tomando mucho, acá lo tengo que comprar por internet. Mi novio, que también es holandés, también toma y le gusta casi más que a mí. Y tengo guardada una botella de fernet, que cada vez que me da ganas, tomo un poco.
¿Confían en que le puedan ganar a Argentina?
Hay optimismo. Si bien Holanda no estuvo jugando bien en Qatar 2022, ya estamos en cuartos de final. Es un equipo al que le gusta jugar de contraataque, por eso Argentina le viene bien porque le gusta tener la pelota y podemos aprovechar cualquier recuperación para atacar rápido. Eso pasó con EEUU. Hay jugadores de calidad en Holanda, puede ser un equipo peligroso. Además tenemos a van Gaal, hay que confiar en él. Un compañero de trabajo me decía que Messi tiene 8 años más que en el 2014 y que los jugadores que tenía Argentina aquella vez eran mejores. Con la visión de mi compañero, en teoría tenemos mejores chances. Hablando por mí, yo le tengo miedo a Argentina. Quedé traumatizada después de esa semifinal. Y puede que Messi esté más grande, pero sigue siendo Messi. Con él en cancha, no se sabe qué puede pasar.
Un leproso "infiltrado" en Países Bajos
Santiago Nidd, 34 años, nacido en zona sur y después un nómade entre centro y macrocentro. Leproso, futbolero de raza y hoy argento “infiltrado” en Países Bajos. Hoy hace 9 años que vive en la tierra del eterno e inolvidable Johan Cruyff. Tiene tres mundiales en su espalda, pero dos que unen a su pasado y presente. En 2014, Argentina y Holanda se sacaron chispas en semifinales y Maxi Rodríguez transmutó en prócer nacional por aquel penal definitorio que le dio el ticket al seleccionado de Sabella a la gran final. Ocho años después, los destinos se vuelven a cruzar. Perdura Messi, pero ya no se repiten demasiados nombres, hay generaciones que ya no están.
“En Holanda hay sed de revancha por aquella semifinal en Brasil”, relata Santiago, quien es gestor de recursos humanos en una agencia de traducción. Y ojalá que esa revancha se siga postergando.
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"Creo que tenemos mejor equipo que Holanda para pasar a semifinales", opinó Santiago.
¿Cuándo tomaste la decisión de irte a Holanda y qué te acordás de tu llegada a aquel país?
Hace 9 años que vivo acá. Me mudé a Holanda en 2014 con mi pareja, después nos separamos, pero yo decidí quedarme porque ya estaba asentado. Justo llegué en el verano de 2014, en la época del Mundial de Brasil. En cuanto al idioma, cuando vine sabía bastante hablar holandés y en apenas unos meses ya me podía comunicar de forma fluida. La gente también habla muy bien inglés, así que te entienden perfectamente.
¿Cómo es tu día a día allá y la forma de relacionarte con los holandeses, te hiciste un grupo de amigos rápido?
Vivo en una ciudad que se llama Nijmegen, que en español se dice Nimega. En comparación a Rosario es chica, deben vivir unas 175 mil personas. Está al este de Holanda, muy cerca de la frontera con Alemania, y a poco más de una hora en auto de Amsterdam. En esta ciudad hay muchos extranjeros, que vienen a hacer doctorados y también intercambios por universidades. Hay una comunidad extranjera muy grande que se renueva constantemente, por eso es muy difícil hacer amigos. La gente está de paso. Además, los holandeses son muy distintos a nosotros, tienen una forma de ser muy diferente a la nuestra. No terminás de conectar con ellos. Mayormente tengo amigos argentinos acá, que también están lejos del país al igual que yo, y eso nos relaciona de alguna manera.
¿Sos muy futbolero?
Soy recontra futbolero. Soy hincha de Newell’s y, cuando vivía en Rosario, iba siempre a la cancha. Cuando pasó lo de las semifinales del 2014 contra Holanda y el último penal de Maxi Rodríguez, cuando todavía era jugador de Newell’s, fue una situación muy especial. Antes de patear ese penal, se le veía en la cara que estaba más nervioso que nunca, con lo cual me sentí muy identificado porque yo estaba igual mientras lo miraba con un grupo de cuatro argentinos. Estábamos muy nerviosos en ese momento y cuando entró la pelota fue una sensación hermosa. Me hizo acordar al penal de Maxi contra Boca, por los cuartos de la Libertadores, así que se me revivió toda esa alegría.
Imagino lo que debés extrañar ir a la cancha.
Aguantarse las ganas no es fácil. Cuando juega Newell’s, a menos que sea muy de madrugada, lo miro. Trato de hacer el mismo ritual que haría si estuviera por ir a la cancha: ponerme la camiseta, armarme un fernet para la previa y después ver el partido. Igualmente, todos los años vuelvo a Rosario y trato de enganchar las fechas para poder ver dos o tres partidos en el Coloso. Lamentablemente, la última vez que volví los partidos se jugaban sin público por la pandemia. El último que pude ver fue un triunfo 1-0 contra Defensa y Justicia con gol de Panchito González.
¿Y ahí por quién simpatizás?
En Holanda me gusta el Feyenoord. Acá casi siempre pelean los mismos tres equipos: Ajax, PSV y Feyenoord. Pero el Ajax les saca ventaja. Es una liga mucho menos pasional que la argentina. Lo que me gusta del Feyenoord es que la hinchada es la más ruidosa, la más “quilombera” de Holanda, la más similar a una hinchada argentina que hay.
¿Qué esperás del partido del viernes y que expectativa tiene la gente en Holanda?
Creo que tenemos mejor equipo que Holanda para pasar a semifinales. No estoy confiado, porque siempre un día antes estoy muy nervioso, pero la posibilidad está. Es un rival duro, pero no el más duro del Mundial. Antes de empezar la Copa, los holandeses no tenían demasiada expectativa en el equipo. Me acuerdo que fui al centro de la ciudad a ver el partido contra Senegal, habían puesto mesas y pantallas afuera, pero la gente estaba muy calma. Más allá de que ganaron, no hubo festejos. De golpe ahora están en cuartos de final y ahora sí los veo más confiados y con otra expectativa. Están tan confiados que me asusta un poco (risas). Pero yo creo que tenemos mejor equipo y ojalá pasemos.
¿Se vive un clima distinto al Mundial 2014?
En el 2014 la atmósfera era completamente distinta. Había una expectativa enorme. Ellos venían de ser subcampeones del mundo en 2010 y encima en el primer partido golearon 5-1 a España. La gente, y sobre todo Van Gaal, lo toman como un partido revancha de 2014.