Fueron dos tremendos mazazos, ¿Los vieron venir?
Más allá de de lo que pasó en Gesell, vimos que la situación de la Unión (de acuerdo con los gastos que veníamos teniendo y cómo veníamos funcionando) iba a ser delicada para afrontar en el año. Fue la primera alarma que empezó a sonar.
¿Y qué decidieron?
En marzo teníamos la renovación de todos los contratos del personal que tenemos (Directores Deportivos, Directores del Centro de Formación Rosario (CFR), Preparadores físicos del CFR, Oficiales de Desarrollo y Oficial de Desarrollo de Arbitraje) y a pedido de la presidencia, el Consejo decidió no renovarlos nada hasta que se clarificara la situación, porque íbamos a entrar en un proceso de gastos sin tener ingresos. Hicimos un presupuesto de emergencia y lo adaptamos para poder subsistir hasta no sabemos cuándo. Tuvimos que cerrar todas las canillas para seguir subsistiendo y vamos a ir viendo cómo se va desarrollando toda la situación. En ese marco el Consejo designó a Leandro Magnabosco y Horacio Gattarello como asistentes de presidencia, para que estén permanente trabajando re dirigiendo todos los temas que se iban a desarrollar que bajaba la UAR. Independientemente de ésto, hablamos con el resto de la gente que estaba trabajando y ellos mismos se ofrecieron a seguir cumpliendo con sus funciones de manera gratuita, más allá de la situación difícil que se estaba viviendo.
Primero acomodaron las cosas puertas adentro, ¿qué hicieron después?
Luego armamos un plan estratégico con diferentes etapas, de acuerdo a los avances vinculados a la pandemia y preservando siempre la salud del jugador cumpliendo con toda la normativa vigente. La primera de ellas fue ponernos a disposición de los clubes para darle una mano con todo el tema de inscripciones al registro ATP que había que hacer, para que puedan acceder a todos los beneficios que se empezaban a dar a nivel nacional, provincial y municipal. Esto sumado a las actividades desarrolladas por la Unión Argentina.
En esos primeros momentos la incertidumbre era grande, ¿cómo lo manejaron?
En ese marco empezamos a escuchar a los clubes, que estaban pasando por lo mismo que nosotros: Si el club no abre no tiene ingresos y sin ellos no se puede sostener. Empezamos a trabajar e hicimos todo el camino posible junto a ellos. Nos pusimos a disposición, hicimos un seguimiento, hablamos con todos los clubes y a partir de ahí empezamos a interactuar muy fuerte con la provincia a través de Claudia Giaccone y de la municipalidad con Adrián Ghiglione para confeccionar y consensuar un protocolo de apertura de los clubes. Nos reunimos con los clubes, consultamos cuál era la situación (hubo reunión de presidentes de clubes también), y en ese marco nos pedían que, de alguna manera, el club se abriera para tratar de empezar a cobrar la cuota para generar ese ingreso que hace que todo vuelva a funcionar de nuevo, más allá del cobro del ATP. Hay clubes grandes, medianos y pequeños, pero nosotros representamos a toda la franja de clubes e hicimos el trabajo por todos los clubes. Obviamente, siempre hablando de rugby. Esto tiene que quedar claro porque bajo nuestra órbita tenemos clubes que son polideportivos que al tener múltiples disciplinas hace que sea más compleja aún la situación. Presentamos los protocolos, se aprobaron y logramos la apertura de los clubes, aunque solamente para el desarrollo de la actividad deportiva ya que no aceptaron el desarrollo de la actividad social.
Lo de la actividad social da para un debate
Nosotros intentamos en un primer momento hacerlo porque vimos que los parques se llenaban de gente y no había un control como el que se podía generar adentro de un club. En el club, con el registro, con la trazabilidad que podés generar, con todos los protocolos que se implementan, pienso que se puede hacer. Se habilitaron los clubes, siempre presentando los protocolos acordes a los que bajo World Rugby, adaptado a la Unión Argentina. Ese protocolo nosotros tuvimos que desarrollarlo siempre respetando la parte provincial y municipal, porque los que tienen el poder de control son ellos. Nosotros, los cumplimos, los adaptamos a lo que nos dice la municipalidad y se lo bajamos a los clubes
La UAR por entonces no había entrado en escena
En ese momento, paralelamente, empezamos a hablar con la UAR entre las 25 uniones que la componen, para ver la chance de que exista una ayuda económica extraordinaria por única vez, para los clubes en el contexto de la actual situación generada por el Covid-19 ya que veíamos que la situación venía muy difícil. Ya se habían hecho algunas distribuciones para el desarrollo de los campeonatos en cada una de las regiones y se empezó a conversar el tema. El 31 de marzo, cuando se llevó a cabo la Asamblea General de la UAR y se presentó el presupuesto, y nos pidieron a todos los presidentes la posibilidad de reasignar las partidas para un presupuesto de emergencia, cosa que votamos por unanimidad.
¿Cómo es esa ayuda?
Esta asignación que se acordó con la UAR está orientada en forma exclusiva para los clubes y es por un monto aproximado de 105 millones de pesos. Para lo cual se designó un grupo de trabajo presidido por el ex Puma Gabriel Travaglini, hoy Vicepresidente primera de la Unión Argentina. Para distribuir ese dinero se decidió tomar la base del total de jugadores fichados por club y por Unión existente en BDUAR de 2019. En base a esta información se estableció un criterio para la asignación del fondo establecido que es de $380 por jugador fichado en 2019. En la URR son 3698 los jugadores fichados lo que alcanza un monto de $1.405.240.
¿Cómo calificás esta medida?
Fue una decisión tan acertada como importante. De hecho creo que fue uno de los pocos deportes que hizo esto, y no sé si no es el único. Así como a veces muchas veces se habla mal de algunas cuestiones en torno al rugby, en esta oportunidad se vio la solidaridad, el trabajo mancomunado de todas las partes, de todas las uniones, y se bajó el martillo para esta situación que es puntual para los clubes, los jugadores y la fundación (Fuar).
Ahora sigue todo el papelerío
Hoy la Unión de Rugby de Rosario está distribuyendo entre 36 clubes un monto cercano a los $5.900.000. Eso después hay que depurar lo que va a los clubes, a la Fuar y a los jugadores. Hay que cuestiones importantes que hay que marcar, como el tema de facturas y firmas de actas, todo está perfectamente detallado para que cuando tengan que venir auditores externos de la UAR esté todo a disposición y en orden.
En este momento, esos ingresos fueron una bocanada de aire fresco para los clubes pero la cosa no quedó ahí.
Apenas terminamos con eso, mientras se seguía avanzando en Rosario con el tema de los protocolos, paralelamente trabajábamos con Giaccone y Ghiglione, quienes nos daban el okey para lo que iban a habilitar y la forma en que iban a hacerlo. Nosotros, desde la URR, emitíamos un comunicado, siempre dando recomendaciones para la utilización de los diferentes puntos del protocolo. Cuando arrancó se hizo sólo con actividad física y sin la utilización de elementos. En ese marco arrancamos con 18 y después de acuerdo a la trazabilidad que tuvo la pandemia se bajó a 16 años y después a 12.
Se fue progresando de a poquito. ¿Cómo está el tema hoy por hoy?
Hoy el virus está en Rosario, nadie está exento de que le toque y eso complejizó un poco las cosas. Sin embargo hay que remarcar que en los clubes se cumplió con todos los protocolos y eso quedó plasmado en un trabajo que hizo la Municipalidad de Rosario donde se mostró que todo lo que están haciendo los clubes fue bueno. Se ajustó el tema de los protocolos por el tema de los contagios. Hoy por como está la situación eso no alcanza, porque nos dimos cuen
ta que en algunos clubes saltaban algunas cuestiones que venían por fuera del club pero que afectaba la situación. Repito: hoy el virus está en Rosario pero cumpliendo con los protocolos no tendría que haber problemas. Por eso le pedimos que toda esa responsabilidad que los jugadores mostraron y demostraron durante este tiempo adentro de los clubes, empezar a sacarla como responsabilidad social que tiene con la sociedad, y cumplir con todos los protocolos y situaciones fuera del marco del club. Estamos trabajando fuerte en eso”.
Con esta movida, ¿en qué situación quedó la URR?
Ahora entramos en una cuarta etapa, que es la de la asignación que tiene que venir desde la UAR para las Uniones. Tuvimos varias reuniones y en ellas se le pidió a la Unión Argentina que así como atendieron los requerimientos que tuvieron los clubes y los jugadores, que ahora atienda los que tienen las uniones. Nosotros, por ejemplo, no tuvimos ingresos en todo el año. Aparte de esa distribución que hicimos, todos los fichajes que fueron hechos en 2020 fueron devueltos a los clubes. Así, los 65 mil pesos que eran fijos por clubes, más la asignación de $580 por jugador, más lo que fue lo de la Fundación, más la asignación por fichaje que tenían, todo eso se le está devolviendo a todos los clubes. Así como nos lo dieron, lo devolvimos. Fuimos meros administradores. Ahora tenemos que afrontar la otra parte. Por suerte ya se aprobó la asistencia a las Uniones y de esa forma vamos a poder llegar hasta el año que viene con los fondos como para seguir sosteniendo a la Unión sin tener ningún problema.
Las fases continúan según lo previsto. ¿Qué pensás?
En esta etapa ya deberíamos, por protocolo, volver a los entrenamientos con contacto físico, siempre y cuando sean aprobados por la Secretaría de Deportes de la Provincia y de la Municipalidad de Rosario.
Sólo faltaría la frutilla al postre
Eso sería la última fase, la de poder ver a los equipos en cancha. El rugby es una de las actividades más complejas para la habilitación a nivel deportivo, lo sabemos y trabajamos sobre esa realidad, una de las últimas actividades que se van a habilitar va a ser el rugby. Todavía falta, pero no pierdo las esperanzas.