Sunderland (Reino Unido).- El ex futbolista internacional inglés Paul Gascoigne
habló abiertamente sobre sus intentos de suicidio, su alcoholismo y los maltratos a su mujer en una
antrevista que será emitida hoy por el canal de televisión inglés Sky TV.
En un arranque de franqueza, Gascoigne admitió que el corazón se le paró tres veces durante la
rehabilitación de su alcoholismo. Explicó las circunstancias que estaban detrás de los maltratos a
su mujer y habló de sentimientos “usados” por su hijo Regan.
Gascoigne está considerado como uno de los mejores mediocampistas de la historia de Inglaterra,
que alcanzó su momento culmen en el Mundial de Italia 90.
El inglés llegó a llorar sobre el césped cuando en el encuetro de semifinales ante Alemania le
fue mostrada una tarjeta amarilla que le inhabilitaba para la final. Finalmente Inglaterra cayó en
los penales y Alemania pasó a la final que acabaría ganando.
Siempre hubo una parte autodesctructiva en su carácter, que mostró a lo largo de toda su
carrera. Gascoigne comenzó en el equipo de su ciudad, el Newcastle. De ahí pasó al Tottenham
Hotspur para después dar el salto al Lazio italiano. Al inglés le persiguieron durante mucho tiempo
las peleas de bares, las lesiones, su mal estado de forma y la violencia.
El público le apoyó incondicionalmente, hasta que fue acusado por su ex mujer Sheril de
maltratos físicos.
“Si estás sentado en un restaurante y alguien llama a tu madre puta, cosa que hizo y
sin ningún motivo, es algo que no me gusta y sí, la agarré de los brazos y puse mi cabeza contra la
suya”, explicó.
“No le di un cabezazo, pero sí que la tiré al suelo y me sentí mal por hacerlo. Fui a
terapia y me senté con unas 15 o 20 mujeres y les conté exactamente lo que había hecho. Fui
machacado, pero pasé el curso y esta fue la única vez en mi vida que hice algo así y fui castigado
duramente por ello”.
La relación con su hijo Regan también fue complicada.
“Fui al colegio de mi hijo para que pudiera enseñarles quién era su padre. Firmé
autógrafos a todos los niños para mostrarles quién era su padre y luego volvió a casa y me dejó. No
sé, me sentí como si hubiera sido utilizado por mi propio hijo”.
Gascoigne admitió que durante los peores momentos de su alcoholismo sus hijos “tenían
miedo” de él.
El inglés de 41 años llegó a beber 30 latas diarias de cerveza.
“Ahora puedo evitarlo porque lo único que tengo que hacer es recordar mi última
borrachera”, advirtió. “Recuerdo tener que ser alimentado con una cuchara debido a las
fuertes convulsiones”.
“Mi corazón me falló unas cuantas veces”, añadió.
También habló de sus intentos de suicidio.
“Lo intenté en la bañera, dicen que es la manera más fácil, ya sabe, uno toma unas cuantas
pastillas para dormir, un baño caliente, unos cantos tragos y se deja caer. Ya estaba harto de
todo”, confesó.
“Llamé a mi hermana para decirle que me iba a dar un baño, era una pista. No sé si fue
algún tipo de petición de ayuda. Le dije: 'estoy en el baño y siempre te querré', o algo parecido y
colgué. Dejé correr el agua y me metí en la bañera y me dejé caer. Sólo recuerdo que ya estaba
listo para dormir, ya sabe, y de repente apareció la policía”, añadió. “Unos seis
policías me sacaron de la bañera”.
Gascoigne dijo que sus fuertes creencias religiosas le ayudaron en sus intentos de dejar la
bebida.
“Le agradezco (a dios) por el presente, si no bebo, simplemente digo gracias, gracias
por no dejarme beber hoy”. (DPA)