Jorge Sampaoli está viviendo en carne propia todos los condimentos que hacen a un entrenador de un seleccionado, especialmente el argentino. Desde la satisfacción por conducir a uno de los equipos más poderosos del mundo hasta los contratiempos que se presentan no sólo dentro del grupo, sino lo que aparecen desde afuera, por palabras y cuestionamientos de parte de los familiares de los futbolistas. Lo sucedido con Jorge Guzmán, papá de Nahuel, y Eliana Guercio, esposa de Sergio Romero, son el fiel reflejo. Otras veces, aunque con otros entrenadores, sucedió algo similar con la esposa de Angel Di María y hasta con la hermana de Lionel Messi. Como si la confección de la lista primero y el armado del equipo después no fuera poco, los dardos externos también hacen de las suyas.
Si el técnico casildense imaginó que conducir a la selección argentina iban a ser sólo elegir jugadores y bajarles una idea de juego para que la lleven a la práctica se equivocó por completo. Esto de los comentarios, posteos y mensajes a modo de cuestionamientos que deambulan por la web también forman parte.
Tras la lectura de la lista de 23 futbolistas que viajarían a Rusia, de la que no formaba parte el Patón Guzmán, el padre del arquero publicó en su cuenta de facebook un dibujo a modo de caricatura (con Sampaoli con una remera con el escudo de Chile, una máscara y varios tatuajes de distintos canales deportivos), acompañado de un texto en el que dio a entender su disconformismo por la exclusión de su hijo de esa lista.
Horas después de que el tema se instalara en todos los medios, Sampaoli se vio obligado a nombrar otro arquero por la lesión de Chiquito Romero. Justamente el elegido para cubrir esa vacante fue el Patón Guzmán, quien figuraba en la lista primaria, de 35 jugadores.
Y la baja de Romero hizo que esa "cuestión de familia" se potenciara, a través de la salida a escena de Guercio, quien puso en duda las razones de la desafectación de Chiquito del seleccionado, por un problema en la rodilla. El mismo martes habló de que "no tiene nada roto" y que "la recuperación tarda dos semanas para estar apto". Y ayer redobló la apuesta. "Sergio es muy controlado, pero el día que explote mata a todos", apuntó la esposa del arquero. Y agregó: "Lo que pasa es que hay mucha gente que quería tenerlo afuera. Desde ayer (por el martes) que no me canso de escuchar barbaridades. Dijeron que estaba roto como para justificar que no esté en el Mundial. Por eso me harté de las mentiras. No sé si hablan por ineptos, por desinformados, por cobardes, o tienen intereses personales, que en todos los casos serían las peores de las razones".
El armado del equipo en medio de un berenjenal de comentarios. La diagramación de táctica y estrategia abrazada por conjeturas con aroma a sospecha. Una previa de un Mundial, que para Argentina pareciera ser "el" Mundial, sazonada a más no poder. Hoy para Sampaoli no es sólo fútbol. Es fútbol y algo más.