"Cuando el rugby se reencuentra con la huella de su historia, entendés el valor de la cicatriz afectiva que dejó su espíritu", dijo una vez un viejo amigo con mucha razón. Más allá de que este año el Fantasma no pudo dar la vuelta olímpica en el Regional del Litoral después de hacerlo por siete años consecutivos y eso dejó un sabor amargo en el paladar verdinegro, a Duendes le sobraban razones para festejar. Y lo hizo a lo grande, tirando la casa por la ventana, uniendo pasado, presente y futuro, aprovechando la ocasión para distinguir a aquellos hombres y mujeres que se destacaron en los últimos diez años, sin dudas los mejores de su historia tanto a nivel deportivo como institucional.
Cabe destacar que el festejo por los 60 años de la institución verdinegra se vio postergado un año ya que en 2016 el club sufrió dos golpes muy duros como lo fueron la muerte de Joaquín López y el accidente de Ignacio Maeder, dos piñas al mentón de las que al club le costó sobreponerse porque son heridas que nunca cicatrizan.
Si bien a lo largo de su historia Duendes siempre fue protagonista (de hecho es el único club en la Argentina que siempre estuvo en el podio en su torneo oficial salvo en 1981), fue durante la última década cuando su chapa brilló con más intensidad en el plano deportivo. Demostró que conserva esa pasión que los llevó a ser tildados de locos y que saben transmitirla de generación en generación; mostró que tiene un corazón gigante y que por sobre todas las cosas transpira rugby.
En ese lapso, el Fantasma cuenta orgulloso la obtención de nueve torneos Regional del Litoral (2006, 2007, 2010 -en forma invicta-, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016), totalizando 25 como campeón de Rosario. Además en ese mismo período sumó tres Torneo del Interior (2009, 2012 y 2013) y dos Nacional de Clubes (2009 y 2011), convirtiéndose en un verdadero rey de copas.
Siempre con los valores del esfuerzo, el respeto, la solidaridad, el espíritu colectivo y la mentalidad ganadora como banderas, sumadas a esa pasión rayana con el fanatismo bien entendido que los caracteriza, Duendes hizo crecer esa mística que los puso en la consideración de todo el mundo del rugby. Puede ganar o perder, de hecho el resultado es parte del juego, pero lo que nunca el Fantasma negociará será el protagonismo, ese mismo que en un punto crea admiración en la gente aunque muchos no lo admitan en público.
Estos éxitos deportivos se mezclaron con un crecimiento institucional y en infraestructura que también evidenció el club. Los números, en su frialdad, lo ponen de manifiesto. Por ejemplo en diez años, Duendes pasó a tener de 650, 1.700 socios. El rugby infantil creció el doble (pasó de tener 170 jugadores a 350) y en hockey el triple (de 120 jugadoras a 360). Otros datos que hablan del crecimiento son la incorporación de la línea B (en 2010) y la línea C (en 2017).
También en ese lapso, Duendes tuvo en Agustina Bouza a su primera Leona, que participó en Juegos Olímpicos y Mundial entre otros torneos relevantes.
Y si se habla sobre la infraestructura, en 2008 incorporó un terreno de dos hectáreas y media donde en 2009 se concretó la cancha de hockey sintético y ahora está haciendo una cancha auxiliar, más chica y destinada a los entrenamientos, también en sintético.
Otra obra importantísima que vio el club en esta época fue la tribuna techada, gimnasio, sanitario y sala médica y próximamente inaugurará en la planta alta de dicha estructura un salón de usos múltiples.
Fue una fiesta inolvidable, emotiva, teñida de verde y negro, en la que recibieron distinciones especiales el presidente de la Unión Argentina de Rugby, Carlos Araujo; los presidentes del club de la última década: Hugo Chesta, Matías Gorosito y Camilo Boffelli y por su incondicional entrega y dedicación al hockey del club: Beatriz Bouza y Silvia Marcos.
La nómina de los distinguidos incluye a Román Miralles (Pumas), Juan Imhoff (Pumas y Pumas Seven), Andrés Bordoy (Pumas), Federico Alloggio (Pumas), Tomás Carrió (Pumitas, Pumas Seven y Pumas); Pedro Imhoff (Pumitas, Pumas Seven y Pumas), Emiliano Boffelli (Pumitas, Pumas Seven y Pumas), Jerónimo de la Fuente (Pumitas, Pumas Seven y Pumas), Felipe Arregui (Pumitas y Pumas), Vittorio Rosti (Pumitas), Román Pretz (Pumitas), Ignacio Gandini (Pumitas), Raúl Pérez (entrenador Pumas), Pablo Bouza (Pumas y entrenador Pumas), Maximiliano Nannini (Pumas Seven), Gonzalo García Orsetti (entrenador Pumas Seven), Gastón Conde (entrenador Pumitas) y Agustina Bouza (Leonas).
Con tantas evidencias queda más que claro que los mejores maestros no enseñan desde los libros sino que lo hacen siempre desde el corazón. El festejo es bien merecido.