Se le tenía que dar. Por juego, por perseverancia, por convicción. El domingo, los varones de Universitario hicieron que el hockey académico siga de fiesta tras vencer a Jockey Club en la final del Interasociaciones con Paraná. Para Uni, la tercera fue la vencida. La deuda interna que tenía tras perder dos finales puso un poco de presión pero sirvió de estímulo para que la tercera definición no se le escape. Y no se le escapó.
El partido ante el equipo de Fisherton, desde hace unos años devenido a clásico, fue duro como son todos los enfrentamientos entre ellos, desde que decidieron volverse a Rosario en 2015 ya que ambos estaban jugando en Buenos Aires. Para Facundo Harte, capitán de los académicos, “fue un partido con mucho ritmo, durísimo hasta el final, pero por suerte los árbitros dejaron jugar. Por momentos estuvo áspero. Hubo algunos roces, algo que generalmente no pasa, pero en líneas generales fue muy entretenido, de ida y vuelta. Hicimos el primer gol pero nos empatan enseguida... fue una lástima. Terminó 1-1, después fuimos a los penales y ahí nosotros metimos todos y ellos fallaron en el último”, confesó el defensor que remató la idea diciendo “teníamos que ganar sí o sí”.
¿Qué balance hacés de la temporada?
Jugamos la Liga A en el Argentino de Clubes donde salimos segundos; obtuvimos la misma posición en el torneo con Córdoba, donde perdimos la final con el Jockey cordobés en un partido que se nos escapó en los últimos minutos y ahora pudimos sacarnos la espina y festejar en el Interasociaciones con Paraná. El balance es bueno, estar jugando siempre en los puestos de arriba siempre es positivo, por más que ganamos sólo una de las tres finales. Sin lugar a dudas, deportivamente, es saldo es positivo.
¿Cuál es el secreto de Uni para no perder el protagonismo?
Tiene una escuela de jugadores muy buena, que va de la mano con la escuela de entrenadores. Hay buenos coach, de un gran nivel y además el club apuesta mucho a las inferiores, por eso tratamos de formar bien a los chicos. Los jugadores se entrenan bien y son responsables, por eso pienso que jugar una final es la consecuencia de eso.
Y ahora con dos canchas de sintético van a potenciar ese trabajo. ¿Como jugador cómo lo vivís?
Es algo muy lindo. Con una cancha sola la cosa se complicaba por los horarios y por la cantidad de gente que la utilizaba. En realidad no había mucho espacio y tenías que entrenar en media cancha, pero ahora al tener más espacio, los entrenamientos son más reales y hay más disponibilidad horaria. Por eso hay que valorar el esfuerzo que hizo todo el club: los socios, los jugadores, la comisión directiva, todos. Uno cuando ve las dos canchas se da cuenta de todo lo que costó y tenerlas a disposición te llena de alegría.
El protagonismo que tienen hace que la vara esté alta. ¿Cómo se mantienen?
Entrenamos duro durante todo el año y tratamos de ir creciendo partido a partido. Nunca nos planteamos objetivos a largo plazo pero creo que internamente intentamos estar dentro de los cuatro mejores equipos en la Liga Nacional y en los otros torneos lo ideal es llegar a jugar las finales. No lo decimos, pero de hecho ya hace tres años que venimos jugando la final de los dos torneos. Si bien no lo planteamos como una meta, todos los jugadores sabemos que tenemos que llegar allá arriba y si no lo logramos no la pasamos bien.
Para alguien que nunca los vio en acción, ¿cómo juega Uni?
Tratamos de tener mucha posesión, de tener la pelota entre los cuatro defensores y los volantes centrales, moverla la bocha, hacer correr al rival hasta que aparezca el hueco claro para meter la pelota arriba y poder atacar. Al tener la pelota, el rival corre más y se cansa más. Por eso en el tercer cuarto o en el cuarto se abren mucho más.
Trasladado al fútbol sería como ver a un equipo de Guardiola
(risas) Ponele, pero esto recién lo pudimos hacer en los últimos años, antes no era así.