La lesión de Chiquito Romero alimentó el morbo y de paso, aunque jamás se reconocerá porque no corresponde y porque no es necesario, le sacó un problema a Jorge Sampaoli, que tenía intenciones de cambiar de arquero, con todo el cimbronazo que eso genera en cualquier equipo del mundo. Es un puesto neurálgico en el que no hay que andar toqueteando mucho si no hace falta. Pero el entrenador está convencido de que Willy Caballero reúne las mejores opciones para ser el arquero de Argentina para jugar el Mundial. De aquí al 16 de junio todo puede cambiar, pero hoy el ex Boca está por delante de Franco Armani en las preferencias del Zurdo, aunque no pasa lo mismo con la prensa porteña, que presiona permanentemente en favor de Franco, de extraordinario presente en River.
La cuestión es que por una cosa o por otra, sea quien sea el que ocupe el arco, relegado Nahuel Guzmán a una tercera opción, la experiencia en un arco tan pesado es casi inexistente. Caballero tiene alrededor de 160 minutos (menos de dos partidos) y Armani nada. El que más jugó es Nahuel, con 6, pero en ninguno de los casos se trata de partidos por los puntos, lo que empeora aún más la precariedad de las estadísticas.
Salvo en el Mundial de Sudáfrica, cuando a nadie se le ocurrió dudar de Romero después de que Diego decidiera darle el puesto en lugar de Juan Pablo Carrizo ya en las eliminatorias, Chiquito siempre estuvo en discusión por su llamativamente escasa actividad en cualquier equipo que sea. Con todo lo que representa jugar poco para un arquero.
Y si bien es cierto que no hay mucho para achacarle, no es menos real que es imposible compararlo porque siempre atajó él. ¿Hay alguien mejor que Romero para atajar en la selección? No se sabe, nadie tuvo posibilidades. Sampaoli tenía ganas de provocar el impacto y la lesión del ex Racing le allanó el camino.
Las historias vinculadas con arqueros en la selección casi siempre fueron polémicas, o al menos de finales de la década del 70 para acá. Se dice que la junta militar presionó a Menotti hasta torcerle la opinión para que el arquero del Mundial 78 fuera Fillol y no Gatti, que fue el arquero durante toda la fase previa y después ni siquiera fue convocado (Baley y La Volpe fueron los suplentes).
La polémica podría haber crecido exponencialmente hasta transformarse en una de las más grandes de la historia del fútbol argentino, pero la actuación sobresaliente del Pato y el título obtenido sepultaron el tema. Había también un duelo de estilos en disputa, una especie de pelea de filosofía futbolística a dos puntas antagónicas. Gatti era un adelantado que jugaba como un último zaguero, una herencia del pionero Amadeo Carrizo, y Fillol un atajador de esos que en muchos partidos dejan la sensación de ser invencibles. Más o menos como Armani hoy en el arco de River.
Para el Mundial 82, Menotti armó la que es considerada la mejor lista de la historia del fútbol argentino. Entre los arqueros, mantuvo a Fillol y Baley, sacó a La Volpe y agregó a Pumpido. Pero el candombe volvió en la confección de la nómina de arqueros para México 86.
Bilardo mantuvo a Fillol, claramente el mejor arquero de la historia del fútbol argentino, hasta el final de las eliminatorias. Argentina se clasificó milagrosamente con un gol in extremis coproducido por Ricardo Gareca y Daniel Passarella.
Bilardo no volvió a llamar a Fillol y sorprendió con la convocatoria de Héctor Zelada, un ex Central que jugaba en América de México. Cuentan las malas lenguas que Zelada integró la lista mundialista como parte de pago del alquiler del predio de Las Aguilas donde Argentina vivió durante la Copa del Mundo.
Los argumentos futbolísticos fueron que el vínculo de Héctor con el país donde se jugaba el Mundial y el conocimiento del comportamiento de la pelota en la altura eran suficientes para tenerlo en la lista.
La escandalosa ausencia de Fillol tuvo su entierro, como en el 78, en el mismo momento en el que Argentina se impuso 3 a 2 a Alemania.
En el 90, Nery chocó con Olarticoechea y se fracturó en pleno partido con Rusia. La historia que siguió con el Vasco Goycochea en el arco es archiconocida. Las historias de los arqueros en la selección son para escribir un libro.
El destino, la suerte, o como se lo quiera llamar, juegan y mucho en esas historias que en este Mundial vuelven a tener su espacio. Islas renunció porque no quería ser suplente de Pumpido en el 90 y Goyco, que era el tercero, pasó a ser el segundo y Bilardo convocó como tercero a Fabián Cancelarich. Curiosamente los cuatro están vinculados con Newell's, tres como arqueros y uno como entrenador.
El destino quiso que Goycochea se transformara en héroe en Italia cuando poco tiempo antes era la tercera opción.
En el 94, Basile cambió al arquero con el que había ganado las Copa América de 1991 y 1993, últimos títulos de Argentina, porque no lo vio bien y hasta se habló de traición. Pero la selección no es, no debería ser, una entidad de beneficencia y el Coco condujo el barco, equivocado o no, con la personalidad que lo caracteriza. Goyco fue al banco y atajó Islas, que tuvo un Mundial para el olvido. El tercero fue Scoponi.
Fueron polémicas las confirmaciones en el arco de Carlos Roa en Francia 98 y de Pablo Cavallero en Corea/Japón 2002. El Pato Abbondanzieri fue el elegido para Alemania 2006 y en Sudáfrica arrancó la historia de Chiquito Romero. Asterisco: no estuvo bien que el misionero se fuera del país sin siquiera contar qué había pasado en la práctica de la lesión y cómo se sentía.
¿Y ahora? Hoy el arquero es Caballero y parece que va a ganar la pulseada, pero la polémica se extenderá hasta donde dure la selección en los campos de juego de Rusia.
"Lo que me va a hacer mejor arquero y ayudar mejor a mi equipo es que yo tenga la ambición de ser titular. Quiero mostrar todo lo que puedo dar. Tratar de ayudar si me toca y aguantar la decisión que tome Jorge. Sin dudas que mis ganas son de jugar", se confiesa Willy.
"Estoy tranquilo. Desde que dieron la lista de 35 lo tomé con tranquilidad. Tenía mucha fe y gracias a Dios se dio después de tanto sacrificio y entrega. Disfruto del momento porque esto no se vive todos los días. Creo que es el logro máximo para un jugador de fútbol", reconoce Franco.
Ambos son debutantes. Y si le tocara a Guzmán también lo sería. Tres arqueros sin experiencia no parecen ser la mejor opción, pero es lo que hay.