Las divisiones inferiores de Newell's incorporaron en julio un tiempo de convivencia luego de los partidos que disputan cada fin de semana en los que apuestan a la convivencia y la promoción de valores entre los chicos que integran los equipos rivales.
El llamado “tercer tiempo” es tradicional en deportes como el rugby y el hockey, y es intención de las autoridades rojinegros que de a poco se imponga en el fútbol. Por eso desde julio sumaron este encuentro cuando finalizan los partidos que se disputan en “Malvinas”.
Pasadas las primeras experiencias, Ariel Cozzoni, coordinador de la escuela de Fútbol de Newell's, contó en que consiste el encuentro. “Cada partido que termina juntamos a todos los chicos, se le dan alfajores, gaseosas, masitas, para que compartan un tiempo juntos después del partido de fútbol sea cual fuera el resultado. Termina el partido y son todos iguales”, dijo.
“Es un aporte para sacar un poco de dramatismo a toda esa locura y violencia que hay alrededor del fútbol. Estamos hablando de criaturas y no hay porqué inculcarle tanto que el resultado es lo importante sí o sí”, concluyó el ex delantero leproso en diálogo con el programa “Bien Temprano” de Canal 5.
Juan Pablo Marti, entrenador de la categoría 2005-2006, analizó que el encuentro “está bárbaro para que los chicos compartan, se hagan amigos, que quede atrás la rivalidad del partido más allá de cual sea el resultado”.
Uno de los padres, que también se suman a la reunión con los padres de los rivales, dijo que “los chicos dejaron de lado un poco el tema de los gritos de los padres, de los técnicos, charlaron, se conocieron por el nombre, algunos se encontraron con compañeros de la escuela, estuvo bueno porque se bajó un poco la adrenalina del momento del juego”.
Por último los pequeños leprosos contaron como la pasaron en el tercer tiempo. “Nos divertimos mucho, los invitamos a comer a los compañeros, jugamos”.
“Nos fuimos a tomar una gaseosa con los del otro club, a comer algo, nos sacamos unas fotos”, contó otro que estaba preocupado porque todavía debía esperar a su hermano.
Esta saludable iniciativa que empezó en Newell's se puede replicar en otras instituciones de la ciudad en las que se practica fútbol infantil.