Estudiantes lo dio vuelta en Brasil y es el nuevo rey de la Libertadores

Cuanto más herido está este León, más fiereza muestra. Cuando más grande es la adversidad, mejor se acomoda a las coordenadas. Tal vez no hacía falta, pero este Estudiantes demostró una vez más que corazón es lo que le sobra. En medio de un estadio Mineirao repleto para presenciar la consagración de Cruzeiro, el Pincha remó contra la adversidad y logró la hazaña que muy pocos creían posible. Tras ir perdiendo 1 a 0, el equipo de Alejandro Sabella capeó el temporal y lo dio vuelta. El resultado está a la vista: la conquista de la Copa Libertadores de América. Casi nada.

Aquel 0 a 0 en el Estadio Unico pareció una condena. Pero Estudiantes confió en sí mismo, en lo que era capaz de dar, aún en un escenario complicado. Y fue todo mérito del Pincha. Porque después de un primer tiempo dignísimo, la cosa se complicó en el inicio del segundo con el gol de Henrique a los 51’. Ese zapatazo que se desvió en Desábato y descolocó a Andújar pareció el principio del fin. Pero sólo pareció.

Después de un par de minutos de cierto desconcierto, Estudiantes se acomodó nuevamente a las circunstancias y obró en consecuencia. De mano de un iluminado Juan Sebastián Verón, el equipo de Sabella creció minuto a minuto. Y fue de los pies de la Brujita que llegó el empate. El fue el que envió el centro desde la derecha para que Gastón Fernández sólo tuviera que empujarla.

Y allí nacieron los más firmes argumentos de este Estudiantes campeón. Ninguno jugador pincharrata quiso estirar el partido hasta el alargue y por eso siguieron yendo para adelante. El resultado fue contundente. Así, tras un córner (otra vez de la Brujita) Mauro Boselli ganó en el salto y metió un cabezazo letal que hizo estéril el vuelo del gran arquero Fabio.

Algo así como 20 minutos restaban para la consagración. Y fueron 20 minutos de mucha garra, de enorme temple, de gran entereza anímica. Fueron 20 minutos que sirvieron para demostrar que el rótulo de campeón no le quedaba para nada grande.

Es cierto que sobre el final hubieron un par de jugadas en las que Cruzeiro estuvo cerca de igualar el marcador, pero la suerte ya parecía echada a favor de Estudiantes. La cuarta Libertadores en su historia estaba al alcance de la mano y finalmente llegó. ¿Por qué llegó esa consagración? Porque Estudiantes demostró ser un gran equipo. Un verdadero León de América.