Newell’s esta vez no lo cerró y resignó dos puntos. El equipo tuvo su mejor versión futbolística en lo que va del campeonato y a pesar de eso no pudo vencer a Quilmes, un rival que sólo atinó a defenderse. Logró marcar la diferencia cuando sólo faltaban segundos para el final pero no lo cerró, algo paradójico en los conjuntos de Américo Gallego. Es cierto, son cosas y fallas que se cometen en el fútbol pero resultó llamativo que no pudiera pinchar la pelota faltando tan poco. Es verdad también que en las críticas muchas veces se peca de injusto, porque si hay algo que se le reclamaba al Tolo es precisamente lo contrario, ser más agresivo y arriesgar más. Lo fue y cuando debió cerrar el partido no lo pudo hacer. Cosas del fútbol.
En aquel encuentro debut en el torneo frente a Independiente, el entrenador tras la derrota dijo —en tono de broma, aclaró— que “en el 2-2 si era jugador lo cerraba”. Después, con Crucero del Norte también en el Coloso cuando la Lepra se puso en ventaja por la mínima diferencia a través de la concreción de un penal de Maxi inmediatamente el DT mandó a Horacio Orzán a la cancha en lugar de Figueroa. No quería sorpresas. Luego la Fiera anotó el segundo tanto para sentenciar la victoria frente a los misioneros.
Lo mismo hizo en Junín. Newell’s ganaba por dos goles y a los 78’ Núñez achicó la diferencia. El Tolo no dudó un instante y mandó a la cancha a Nehuén Paz para levantar una muralla delante las narices de Oscar Ustari con el fin de defender la conquista de los tres puntos.
El viernes el rojinegro expuso su mejor juego, pero recién pudo marcar la diferencia cuando sólo restaban segundos. Dominó a lo largo de todo el encuentro e hizo méritos suficientes no sólo para ganar si no para golear, pero le dio una vida al cervecero con un tiro libre que Rodrigo Gómez aprovechó anotando un golazo.
Poco se le puede reclamar al técnico, que leyó todo lo que dejaron las últimas presentaciones más allá de los resultados obtenidos. El mayor reclamo, sobre todo de sus propios dirigidos, estaba dirigido al juego. A ser un equipo con vocación ofensiva, que sus laterales se suelten y puedan sorprender en terreno adversario. Milton Casco y Marcos Cáceres volvieron a ser los jugadores que sobresalieron tiempo atrás pasando al ataque cada vez que se presentaba la ocasión. De esta forma Newell’s tuvo casi una decena de situaciones, pero no estuvo certero en la definición. Otro punto que impidió que venciera con tranquilidad. En anteriores cotejos generó poco y golpeó con contundencia.
Esta vez Newell’s no le puso llave al partido para cerrar la victoria. En el haber queda la levantada futbolística, porque jugando de esa forma serán más las alegrías que las tristezas.